Capítulo 21

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Enfrentar a Harvey era una cosa; él era encantador la mayor parte del tiempo y, pese a que tenía tres años más que yo, aquella diferencia no se notaba para nada.

Sin embargo, Jayden era otra historia; él podía hacerte cuestionar tu vida entera con tan sólo una mirada. Supongo que el peso de ser el hermano mayor era algo muy grande, y yo no podía hablar por experiencia propia. Nuestros cuatro años de diferencia sí se notaban entre nosotros y de una forma abismal. Sin importar qué, él siempre había tenido, tenía y tendría mi respeto.

—Debemos hablar —su voz volvió a resonar a mis espaldas y tragué grueso. Llené mis pulmones de aire, preparada para voltearme a verlo.

A diferencia de su hermano, él siempre se veía muy elegante y arreglado. No que Hayden se viera como si le importara una mierda su forma de verse, es que él ni siquiera intentaba lucir bien, sólo... lo hacía, como si fuera algo innato.

—¿Qué haces aquí? —me atreví a preguntarle.

Llevó su mirada hacia detrás de mí y señaló mi coche.

—Creo que será mejor tener algo de privacidad —dijo, alargando la palma de su mano hacia mí para que le entregara las llaves de mi coche.

Ni en tus sueños.

—Es porque te respeto demasiado que no te envío nuevamente al útero de tu madre, Jayden —hablé e hizo un gran intento por reprimir la sonrisa que amenazaba con aparecer —. Es mi coche y yo lo conduzco.

—Valdine Jensen siendo, ni más ni menos, que Valdine Jensen —soltó y se adentró en mi coche.

Encendí el motor y conduje hacia quién sabe dónde. No quería pensar sobre rumbos, sólo quería alejarme de la central tanto como me fuera posible. Él no decía nada, pero podía sentir su mirada sobre mí.

Me preguntaba si Gwendolyn ya habría hablado con ellos. Si no lo había hecho, no comprendía qué estaba esperando pero, si sí lo había hecho, entonces ¿qué demonios estaba haciendo él aquí y no dándose a la fuga junto a su familia?

Estacioné el coche frente a un acantilado con vista al mar, que no hacía más que traerme recuerdos. Sin embargo, aquí estaba permitido estacionar y no había riesgo de que nadie cayera y muriera.

—¿Tienes tu móvil? —le pregunté sin voltearme a verlo.

—Todos nos deshicimos de ellos tras recibir la visita de una muchacha cuyo cabello parecía estar en llamas. —Sonreí y respiré aliviada. Thea. Recuerdo que su cabello también había sido lo primero en llamarme la atención tan pronto la conocí, y comprendía por qué Gwendolyn la había enviado a ella; se veía indefensa y simpática —. ¿Qué demonios está sucediendo, Val? Es decir, la pelirroja nos lo ha contado, pero aún hay muchas cosas que no comprendo.

Y, ¿cómo no? Era demasiada información y, de por sí, ya era difícil caer en cuenta que no habíamos estado a salvo todos estos años.

Aclaré mi garganta y tomé coraje para enfrentarlo. Al voltearme hacia él, sus ojos marrones me observaban con la seriedad usual y cogió mi mano, dándole un apretón de apoyo.

—¿Es cierto que KEK es el verdadero enemigo? —quiso saber él.

Asentí.

—El peor que pueda existir. —Jayden suspiró y su espalda cayó pesadamente sobre el asiento —. Te lo contaré todo, si es que eso quieres, pero necesito que sigan las instrucciones de Gwendolyn y se desaparezcan.

—Y ¿qué hacemos con Anya? —el tono de desespero fue visible en su voz —Hayden y yo sabemos que algo no está bien con ella. Sé que tiene su propia vida, pero estarse sin visitarnos por casi tres meses no es normal.

CODICIA [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora