Capítulo 3

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Mitch.

*Cinco días antes*

La idea me había parecido una locura tan pronto la oí y, por mucha oposición que había impuesto, Valdine había tomado la decisión final y no tenía ni voz ni voto en esta situación.

Si había alguien que conocía a Irene a la perfección, ese había sido Rufus y yo. Le había prometido que cuidaría de su hija a como diera lugar y sin importar qué.

Mi deber como agente siempre había sido defender, y ahora mi defensa exclusiva iba para ella. Valdine Jensen, aquella adolescente que tanto había sufrido en esta vida y tanto le quedaba aún por sufrir, era la única persona que podía acabar con toda esta guerra. Sin ella, KEK se proclamaría ganadora y gran parte de la defensa del país se iría a la mierda.

Sabía que, en cuanto ella tuviera la oportunidad, se desharía de Valdine a como diera lugar. Ella presuponía una competencia para Wells que no podía enfrentar ni combatir, a menos que la asesinara. Sin importar qué plan tuviéramos armado, yo sólo me fiaba de aquellos que conocía.

—Yo iré con Valdine —hablé.

Si no podía detenerla, entonces me le uniría.

Las miradas se posaron sobre mí con rapidez y Gwendolyn parecía ser la más desconcertada. Sin importar lo que tuviera para decirme, lo cual estaba seguro que sería para hacerme cambiar de parecer, esta ya era una decisión que había tomado en cuanto la idea había surgido hace meses atrás.

El objetivo siempre había sido rescatarla, pero todo cambió cuando KEK capturó a Broc. Tan pronto Valdine pisó la central de JBG, Gwendolyn y Cailan querían utilizarla como cebo para recuperar a Rowell, pero parte de mí había esperado que Irene se negara. Por una vez, su decisión me había traído algo positivo; había logrado recuperar el tiempo perdido con Val.

—Por supuesto que no lo harás —la voz de nuestra líder se oyó firme pero con un tinte de dolor —. Es un plan minucioso y muchas cosas pueden fallar —continuó explicando —, pero no por eso debemos bajar los brazos.

—Entraré a KEK junto a Valdine —volví a insistir y las manos de Gwen impactaron sobre la mesa. Llevaba una expresión que demostraba que no estaba haciendo más que contener su furia y se giró hacia mí.

—¿Por qué demonios te arriesgarías de tal forma, Mitch? —cuestionó ella —Tienes muchas menos probabilidades de salir con vida de allí que Valdine.

Y eso lo sabía a la perfección. Sabía muy bien a qué me enfrentaba y qué me esperaba.

—Le he prometido a Rufus que cuidaría de su hija y no puedo hacerlo a la distancia —expliqué, sabiendo que estaba cavando mi propia tumba.

—Branko la cuidará desde dentro y tú desde fuera. —Reí ante su repentina incredulidad.

Puede que Branko sí fuera a ayudarnos o no, pero fiarnos de él sería como arrojar un alfiler en una piscina y esperar encontrarlo.

—Sabes bien que los agentes juegan sucio y estoy seguro que Wolf... —comencé a decir antes de ser interrumpido por su grito desgarrador.

—¡A él le atrae Valdine!

Lamentablemente, el amor no significaba nada y podía decirlo por experiencia propia. Sin importar cuánto quisieras a alguien, a veces, el amor no era prioridad. Cabía la posibilidad de que a Wolf le ofrecieran dinero y nuestro trato se fuera a la basura.

—Él la cuidará y protegerá desde dentro, yo lo sé —Gwen parecía estar haciendo un intento por convencerse a ella misma y era la primera vez que la veía despojarse de su coraza de líder para mostrar sus verdaderos sentimientos.

CODICIA [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora