Ayla....
Bien, empecemos esto por el principio, como se debe. Me llamo Ayla, en ese momento tenía 22 años y era una joven más de este mundo de 7.674 miles de millones. Cuando hablo de que era alguien normal, lo digo en el sentido más literal de la palabra. Si me paraba de puntas de pies creo que alcanzaba el 1,55; de ojos azules, cara redonda, manos pequeñas, cuerpo normal, un poco de trasero y un poco de pechos.
Era estudiante de psicología, por lo que crear personajes con trastornos mentales no se me hizo difícil. Cada uno único en su esencia y en su físico.
Porque siempre me gusto una frase que escuche alguna vez.
"No olvides que lucifer, alguna vez fue un ángel. Y por eso sus demonios son tan hermosos"
Volviendo a mí, la verdad es que mis días en ese momento se basaban en ir a la universidad, tomar apuntes en las clases. Almorzar en un pequeño bar dentro del campus mientras escribía en mi laptop algún capítulo de mi nueva novela y escuchar la misma playlist de spotify.
Esa tarde, cuando todo empezó. Salí temprano de clases porque un profesor no había asistido. Y yo odiaba que alteraran mi cronograma.
Decidí pasar las dos horas libres que tenía vagando por la librería. En busca de algún título que me llamara la atención tanto para comprarlo sin leer su sinopsis.
Cuando entre me encontré a Eric, el chico que solía atender la tienda por las tardes porque en la mañana trabajaba en otro lugar. Debía cuidar y mantener a su madre que sufría de adicción y a sus tres hermanos menores.
Y yo lo sabía, no porque él me lo hubiera contado. Simplemente una mañana fui y al no verlo, Martha, la dueña de la tienda me comento todo.
-Hola bonita-
Eric era atractivo, pero promedio. Cabello castaño, ojos color miel y sonrisa agradable a la vista.
-Ayla, me llamo Ayla- blanquee mis ojos.
Y él me dio una sonrisa arrogante.
-Tenemos libros nuevos en la tercer estantería bonita- obvio el llamado de atención que le había dedicado. Como siempre.
Asentí como respuesta y empecé a deslizarme entre los pasillos. Pocas personas se encontraban dentro y eso me agradaba. Las personas solían incomodarme un poco.
Una chica de cabello rojo estaba viendo el libro de "50 sombras de Grey", seguro se lo habían recomendado sus amigas. No tenía el estilo de alguien que leyera ese tipo de novelas.
En el segundo pasillo, no había nadie. Era el área de cuentos infantiles, y no es que yo despreciara eso. Amaba leer "el principito".¿ Como era posible que un niño, tuviera esa madurez?
Tercer pasillo, iba caminando, viendo títulos en los lomos de los libros. Todos me parecían normales, ninguno sobresalía. Aunque eran muy buenos.
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Los chicos de mis libros 💎
Teen Fiction¿Qué tal? Mi nombre es Ayla López, tengo 22 y estoy completamente jodida ¿Por qué? La respuesta está compuesta de tres puntos. Déjame iluminarte en esta historia que quizás es real, o quizás también es parte de mi imaginación. 1)-Es simple, cada...