Noah y Eric

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Eric

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Eric...

Estoy esperando fuera de las residencias, con un ramo de flores y un regalo. A mi izquierda aparece Noah también con uno. Me da una mirada un poco extraña pero se acerca a donde estoy.

-Ambos le trajimos lo mismo-

-¿Y qué se supone que se da en las citas?- rueda los ojos. -Además, ¿Qué mas compraste?-

-Algo- me encojo de hombros.

-Embustero, dijimos que nada de sobresalir con ella-

Lo miro serio -cállate-

-Oblígame camarero- siempre quiere mostrar superioridad.

Blanqueo los ojos, ignorando sus intentos de provocar que peleemos. Su presencia muchas veces me incomoda, porque viste muy bien, carro deportivo, sonrisa de millón de dólares, seguro de sí mismo y con un gran futuro por delante.

En cambio yo, lo único que puedo ofrecer es mi compañía y muchos problemas. Reparo en lo que llevo puesto, tenis que uso solo cuando salgo, un vaquero con las costuras gastadas y un suéter viejo, pero presentable. Su ramo es de rosas, mientras el mio es de margaritas. Él lleva una cadena de oro y un reloj muy caro, mientras yo uso un collar que mi pequeña hermana hizo para mí.

Suspiro, buscando razones por las cuales Ayla se fijó en mí, y no encuentro muchas.

-¿En qué piensas?- el rubio toca mi hombro.

-Nada, solo en mi vida-

-¿Te arrepientes de estar con Ayla?-

-Jamás, es solo que...-

-Eres muy importante para ella Eric, y no eres menos que nosotros. Ante sus ojos somos todos iguales- pone su mano en mi hombro.

-Yo jamás podré darle cosas caras y carros de lujo- mis ojos pican.

-¿Qué importa el dinero si no tienes con quien disfrutarlo?- es la primera vez que lo veo asi, amable -Eres su pilar, él que la hace reír, con quien se siente más cómoda y su mejor amigo- ríe -tienes dos títulos tú, eres su confidente y su amor-

Alguien carraspea la garganta y ambos elevamos la vista, encontrando a la pelinegra con unos vaqueros negros, zapatillas y un suéter blanco. Me sonríe con dulzura mientras juega con sus manos.

-Hola-

-Te ves... hermosa- me quedo embobado con su presencia.

-Si, eres una diosa- repara Noah.

-Ustedes- muerde su labio repasándonos -se ven muy lindos-

Nos acercamos un poco y le damos los dos ramos, ella los recibe emocionada y huele ambos. Su nariz llega a las rosas y no demora en comenzar a estornudar.

-Perdón- hace una pausa para estornudar -es que soy alérgica a las rosas- el rubio le quita las flores y las lanza lejos.

-Solucionado- le sonríe -perdona princesa, no sabia-

-No hay problema- ella acaricia su mejilla.

Pongo el regalo frente a sus ojos y Noah me mira un poco triste. -Es de parte de los dos-

El rubio abrió sus ojos de par en par, sabe que él no compró nada. Pero no me molesta compartir el presente, además. Ella se ve muy feliz con eso.

Lo abre y me siento aliviado al ver que si le gusta. Opte por comprarle un tomo de su libro favorito, "Mujercitas". Da brincos como niña pequeña mientras los sostiene.

-Es el mejor regalo de todos, los quiero- se viene contra nosotros y nos fundimos en un abrazo.

Decidimos ir a ver una película y luego cenamos algo en un McDonal's , cuando llegamos a su casa de nuevo. Ella insistió en que pasaramos, que Magg estaba en la casa del pelirrojo.

-¿Quieren un cafe?-

Negamos.

-¿Agua?-

-No-

Bostezo, e inmediatamente nos levantamos del sillón. -¿A dónde van?- frunció el ceño.

-A nuestras casas, estas cansada- el rubio hablo por mi.

Ella llevó la vista a sus zapatillas un poco avergonzada y luego nos volvió a ver- ustedes...¿quisieran quedarse?-

Mi garganta se seco un poco -queres.. que nos quede...quedemos- estaba nervioso, mucho.

Asintió.

-¿Segura? Bonita, no queremos incomodar-

-No lo hacen, pero si no quieren está bien- nos dejó en el salón y comenzó a deslizarse hacia su cuarto. Noah y yo cruzamos miradas sin saber que hacer, pero finalmente la seguimos.

Al entrar estaba tomando el borde de su suéter y se lo quitaba, mostrándonos su espalda y el sostén que llevaba. Se volteó sobre su hombro para vernos. -Se quedaron- sonrió.

-No podemos decirte que no princesa-

Los tres terminamos en su cama, acostados. Yo miraba al techo mientras sentía como su respiración se iba relajando.

-Me hacen sentir bien- susurro.

Sus palabras lograron hacer que me sonrojara, espere unos minutos y ella ya estaba completamente dormida con su cabeza sobre mi pecho. El rubio la abrazaba mientras yo jugaba con su cabello.

¿A quien le hice un favor en otra vida para lograr que en esta, ella llegara a tornar mis días grises de colores?

¿A quien le hice un favor en otra vida para lograr que en esta, ella llegara a tornar mis días grises de colores?

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Estos dos.... son opuestos pero con ella se complementan a la perfección.

Quiero uno de cada uno para llevar por favor jajaj

Se les quiere

Abrazo de koala


Nela<3

Los chicos de mis libros  💎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora