¿Qué tal?
Mi nombre es Ayla López, tengo 22 y estoy completamente jodida
¿Por qué?
La respuesta está compuesta de tres puntos. Déjame iluminarte en esta historia que quizás es real, o quizás también es parte de mi imaginación.
1)-Es simple, cada...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ayla...
El ruido de alguien tocando la puerta me despertó, miré mi móvil y vi que eran las 9 a.m. Pero quien molestaba un sábado tan temprano.
-Ya voy-
Me levanté con el pijama puesto fui a ver quién era tan insistente.
-Si- Abrí la puerta encontrándome con un hombre de traje.
-Sra. López-
-Dígame- enderece un poco mi postura.
-Está invitada esta noche al club Peccatum, un auto pasara por usted a las 8 p.m. si le parece bien. - El tipo me dio la tarjeta y desapareció.
Cerré la puerta, sacudiendo mi cabeza. Tan solo eran las 9 y ya estaba irritada. Qué demonios querían esos raros trillizos conmigo.
Regrese a mi cama, mirando las notificaciones que tenía en el teléfono.
Desconocido (8:34)
Espero que tengas un buen día princesa
No tenía tiempo para boberías, me pase la mañana ordenando el apartamento y en la tarde tuve una charla en la que finalmente decidí ir al club por la insistencia de Magg, quien me aseguro que era muy exclusivo y que si yo quería ella podría acompañarme.
A las 7 tenía a mi amiga yendo y viniendo de un lado al otro de mi apartamento. Buscando que ponerse.
-Te ves hermosa con ese- señale un vestido rojo que había sobre la cama.
-Segura- lo sujeto – no se ve muy de zorra-
Negue riendo.
-Tu no tienes cara de zorra, seguro te queda genial-
Animada por mi comentario empezó a cambiarse.
-¿Que vas a usar tú?-
-Esto- levante el vestido gris petróleo con la espalda descubierta y una abertura en la pierna. –¿te gusta?-
-ME. EN.CAN.TA-
A las 7: 58 aun estaba maquillándome, por lo que, cuando llego el auto me faltaba el labial. El cual no me importo tomarlo, me terminaría de arreglar en el auto. Me puse un poco de colonia y salimos.
Junto al auto que nos esperaba afuera estaba el mismo hombre de la mañana.
-Buenas noches- dijimos ambas al unisón.
-Buenas noches señoritas- saludo cortésmente mientras abría la puerta del coche.
El vehículo se detuvo frente a la puerta del lugar, el chofer bajo y nos abrió la puerta.
-Acompáñenme-
Con su mano nos guio hasta donde se encontraba el guardia con una Tablet en su mano. Pude ver la mirada de varias personas fijas en nosotras.
