¿Qué tal?
Mi nombre es Ayla López, tengo 22 y estoy completamente jodida
¿Por qué?
La respuesta está compuesta de tres puntos. Déjame iluminarte en esta historia que quizás es real, o quizás también es parte de mi imaginación.
1)-Es simple, cada...
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Bruno...
Estábamos haciendo mal las cosas, yo las estaba haciendo mal. Cuando Noah me conto que se parecía a Aline simplemente lo tomé de loco, pero cuando la vi en el campus me di cuenta de lo que decía él. Ella tenía las mismas mejillas que mi Aline, la cual había perdido años atrás. Los mismos lunares que Malia, la ex que tanto le jodio la vida a Jano. El cabello de Sasha, la novia que perdió Alessio, y por último. Sus malditos ojos azules, en eso se parecía a Lydia, ella se había encargado de destruir la vida de los trillizos y de Noah.
Era la perfecta combinación de lo que nos destruyó la primera vez. Y la tenía sentada a mi lado, sonriendo mientras miraba a su amiga bailar.
Mis hermanos la miraban como si fuera una jodida alucinación, mientras yo me sentía en un trance cada vez que se movía para acomodarse, y me dejaba percibir el aroma a frutilla y cítrico que emanaba de su cuerpo.
-Bruno- la voz de Aless me devolvió a la vida.
-mmhm-
-Ayla te hizo una pregunta-
Me gire, encontrándome con sus ojos curiosos, que me examinaban a fondo.
-¿Qué me preguntaste?-
-¿Qué estas estudiando en la universidad?-
-Estoy en el último año de economía- trate de sonar lo menos interesado posible, pero la verdad es que tenerla cerca hacia que mi corazón latiera a mil a por hora.
-Que bien, a mí no se me dan las matemáticas. – sonrió.
-No tienes cara de inteligente- Noah escupió una de sus mierdas. Todos notábamos lo ebrio que estaba.
-Es suficiente Noah- Enzo lo detuvo, antes de que siguiera hablando.
-Solo dije la verdad, hay quienes no sirven para algunas cosas. – le dio una sonrisa arrogante. – Pero tu podrías servir para otras cosas... –
-¿A qué te refieres?- lo miro confundida.
-Sirves para calentar hombres, y dejarlos con las ganas. Andas caminando con tus aires de grandeza, pero sabes lo que eres cariño – tomo un sorbo de su trago. – una zorra.-
Apreté mis puños intentando controlar las ganas de matarlo. Ayla se levantó.
-Para las cosas que sirvo, no las vas a tener en tu vida- lo miro con enfado, pero el evadió su mirada.- Mírame Noah.
- ¿Qué? - sus ojos se encontraron y él se tensó.
-No estas roto, solo quieres romper todo lo que te recuerde a la persona que perdiste. – le dedico una sonrisa.- Así que, sigue fingiendo que el alcohol y las noches de sexo lo solucionan todo.
Vi el rostro de mi hermano palidecer.
- Al final el que terminara en una cama vacía eres tú, no yo.-
