¿Qué tal?
Mi nombre es Ayla López, tengo 22 y estoy completamente jodida
¿Por qué?
La respuesta está compuesta de tres puntos. Déjame iluminarte en esta historia que quizás es real, o quizás también es parte de mi imaginación.
1)-Es simple, cada...
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Ayla...
El ruido de un golpe fuerte me hizo despertar., la puerta había sido azotada con fuerza. Mire alrededor, para encontrarme con mis tres chicos en la misma condición que yo.
-¿Quien fue?- mi voz tembló.
-No lo sé, quédate aquí- Enzo se levantó de la cama - tu - señalo a Ezek - ven conmigo y tu, quédate con ella-
El menor se acercó a la mesita de noche y del cajón saco un arma, el cual me dejó con los ojos muy abiertos. Me miró, llevando un dedo de su mano libre a su boca, señalando que hiciera silencio.
Ezek volvió del baño con otra pistola y ambos salieron del cuarto.
Apreté la mano de Ezra, quien se había quedado conmigo.
-Respira cariño, ellos saben lo que hacen-
La habitación estaba insonorizada por lo que no me dejo escuchar que ocurría fuera, luego de unos minutos. Ambos chicos regresaron y se acomodaron en la cama. Como habían dormido la noche anterior.
-No era nadie- Enzo se abrazó a mi cintura. -Solo el idiota de mi hermano.-
-¿quie...-
No alcance a terminar la oración, la figura de alguien apareció en el marco de la puerta haciendo que me callara de pronto.
-¿Follaste con ellos?- era Jano, pero su tono de voz se notaba melancólico.
-¿De qué hablas?- fruncí el ceño.
-Si fuiste tan zorra de cojerte a mis tres hermanos una noche después de que te propusimos ser novios.-
Sus palabras hicieron que mis ojos se cristalizaran.
-Cállate Jano- gruño Ezek queriendo levantarse a pegarle.
Lo tomé del brazo y negué con la cabeza. -No le hagas nada-
-No puedo dejar que te falte el respeto de ese modo- su mandíbula se había tensado.
-CONTESTA- me grito - TE LOS FOLLASTE O NO- su pecho subia y bajaba con rapidez - ERES UNA PUTA-
-SUFICIENTE- Enzo se levantó y lo estampo contra una de las paredes. -Estas tan drogado que no sabes lo que dices-
Yo no hablaba, no lo miraba. Simplemente tenía la vista fija en un punto, evitando que mis lágrimas cayeran.
-Mírala- le ordenó - mira lo que le has hecho- se refirió a mi persona - No ha follado con nosotros, solo se quedo a dormir. -
Silencio.
-Vete- Ezra le gruño - Desaparece-
-Perdón- susurro para que yo lo escuchara. -Pensé que... yo pensé que tu... -quiso zafarse del agarre de su hermano pero este lo volvió a apretar contra la pared.
