¿Qué tal?
Mi nombre es Ayla López, tengo 22 y estoy completamente jodida
¿Por qué?
La respuesta está compuesta de tres puntos. Déjame iluminarte en esta historia que quizás es real, o quizás también es parte de mi imaginación.
1)-Es simple, cada...
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Bruno...
Iba a ser padre, y mi cabeza se había desestabilizado un poco. Si quería un hijo, pero por ahora lo que más me preocupaba era que ella estuviera bien. Mientras manejaba repase unas diez veces el plan, según mis cálculos, todo iba a estar bien.
Dos cuadras antes de llegar al edificio detuvimos los coches, bajamos de ellos y nos reunimos en la acera.
-¿Cada uno sabe lo que tiene que hacer?- preguntó Enzo mientras miraba a su alrededor.
-Si- dijimos todos.
-Jano y Bruno, por el estacionamiento; el ascensor lo va a llevar directo al piso donde está Ian. Aless y Loan, los guardias del pasillo; Eric y Noah, el hermano de León y busquen a Ayla; nosotros nos encargamos del hijo de perra.-
Asentimos. El pelinegro se subió de piloto esta vez, y yo iba de copiloto. Miraba por la ventanilla, mientras cargaba el arma que tenía en la mano. -¿Jano?-
-Hmm-
-Dime que todo va a salir bien-
-Todo saldrá bien- su voz se sintió calma.
Suspire- si la tienes que salvar a ella por sobre alguno de nosotros, no lo dudes-
-Todos vamos a volver vivos-
-Pero...-
-Todos Bruno- me corto.
Detuvo el coche en un lugar disponible y bajamos tranquilos. Mi hermano se acercó a los sujetos que estaban en el ingreso del ascensor.
-¿Son residentes o visitas?-
-Visitas- respondí con simpleza.
-¿De quien?-
-De un residente- Jano le sonrió.
El tipo lo sujetó del brazo-No te hagas el chistosito niño, de qui..-
No termino de hablar, ya tenía la navaja clavada en su carótida- di qiiin- lo imito, se agacho a donde se encontraba el guardia convaleciente -solo me tenias que dejar pasar- le hizo un puchero -pero no... a ustedes les encanta hacer muchas preguntas-
Su compañero se había quedado estático en su lugar, solo veía como el otro se desangraba en el suelo. Carraspeé la garganta, logrando que me prestara atención -Dime... ¿Cuántos más hay arriba?-
No respondió.
-¿Te comieron la lengua los ratones?- el pelinegro estaba limpiando la sangre en el cuerpo -¿O quieres que le preguntemos a tu compañero?- remeció al cadáver -¿tú sabes cuántos más de ustedes hay en el edificio?. Si. Aja- se levantó guardando el cuchillo en su bolsillo -No habla, está frío-
-Concéntrate- chasquee los dedos - dame un numero amigo-
-So...son 7- tragó grueso - dos en el lobby, dos en el piso del jefe y tres dentro-
