¿Qué tal?
Mi nombre es Ayla López, tengo 22 y estoy completamente jodida
¿Por qué?
La respuesta está compuesta de tres puntos. Déjame iluminarte en esta historia que quizás es real, o quizás también es parte de mi imaginación.
1)-Es simple, cada...
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Desconocido...
Estaba parado frente a un gran ventanal que daba a la calle, la gente pasaba despreocupada como si no tuvieran problemas. Con el arma que tenia en mi mano, apuntaba a uno que otro, sintiendo el poder de tener su vida en mis manos. Alguien golpeó la puerta.
-Adelante-
Entraron los cuatro llenos de moretones y sangre en sus caras.
-No sabemos, se desmayó en el campus. Pero no alcanzamos a ver a qué coche la subieron-
-Se que se desmayó, - golpeé la madera del escritorio.-yo estaba ahí-
-Señor, la chica no esta bien- aclara su garganta uno de ellos -no debería dejarla de momento-
-Es mía, no la quiero cerca de ellos- suspire por la impotencia que tenía en ese momento -Quiero que me digan su paradero, tienen 24 hs-
Los cuatro salieron y me dejaron solo. Mi cabeza empezó a divagar, pensando en su rostro, en su cercanía otra vez, el color azul de sus ojos. Su pequeño cuerpo, las curvas pronunciadas que resaltan con su caminar. Su voz y ese acento extraño que me enamoro.
Llevé la mano a mi pantalón frotando lentamente, el bulto empezó a apretar la tela de la prenda. Me deshice del botón y baje el cierre, tomé el miembro que empezaba a dolerme y lo masajeé.
-Cachorrito- jadee cerrando los ojos, imaginandola sobre mi, saltando y gimiendo mi nombre.
Bruno...
Subí las escaleras, todo estaba en silencio. Al entrar al cuarto me encontré a Aless sobre la cama, revisando a Ayla, los trillizos lo miraban esperando respuesta. Mientras Noah y Eric estaban en la ventana, observando el raro clima que había tomado la ciudad.
-¿Dónde está Jano?- pregunte en general.
-No lo vemos desde lo que pasó en el campus- el rubio me contesta sin darse vuelta.
-Ya Alessio, dime como esta- Enzo estaba más estresado de lo habitual.
-Por décima vez desde que llegamos- le tocó la mejilla -esta dormida-
-Lleva así más de 3 horas- nuestro hermano mayor pasó las manos por su rostro -no debieron dejarla acercarse al imbécil.-
-No saben hacer nada bien- Ezek paso junto a mi, como alma llevada por el diablo. -Voy a llamar a un médico de verdad-
-TE DIJE QUE ESTA BIEN- el castaño se levantó irritado - IMBÉCIL-
Sabía que sus reproches iban hacia mi persona y a Jano, pero en lo que a mí respectaba, solo me importaba ver esos ojos azules abiertos de nuevo. Deje el vaso de agua sobre la mesa de noche y me acomode en el suelo, quedando a la altura de su rostro.
