La verdad

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Ayla

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Ayla...

Con ayuda de Eric y Bruno recostamos a la pobre mujer en el sofá de tres piezas que había en la sala de estar. Me senté en el suelo a su lado, tomé su mano y espere a que despertara.

-Cariño, nos vamos- Ezra me sacó de mis pensamientos.

-¿Ya?-

Él intercalo una mirada entre la mujer y yo - Si, cosas del trabajo- levantó su móvil -Bruno y Jano se quedan contigo, Eric se marchó al bar y Aless me dijo que fue a comprarles algo de cenar.-

-¿Y los demás?- Rasque el puente de mi nariz.

Mis alergias empeoran con el cambio de estación, y el hecho que la primavera se acercara, no me dejaba para nada a gusto. El polvo, las flores; maldito sistema inmune que ataca sin parar.

-Negocios cariño, mis copias y Noah vienen conmigo-

-Okay-

Se acercó a besarme, dejando su aroma impregnado en el ambiente - Te amo cariño-

-También te amo-

El departamento estaba en absoluto silencio, Magg había acompañado a su novio a la salida del edificio, Bruno y Jano dormían como niños en mi cama y Aless se había lanzado a descansar al individual, luego de traer la comida. La señora en el sofá seguía sin reaccionar, por lo que de vez en cuando me acercaba a su rostro para constatar que respirara.

El sueño me empezaba a pasar factura, por lo que cabeceé varias veces. Mis ojos se cerraron por un momento, pero un ruido me hizo saltar del cojín donde estaba en el suelo.

-Morocha- Jano levantó unos libros que había pateado. -Vamos a la cama-

-Tengo que esperar a...- bostece - que la señora despierte-

-A la cama, ahora- el castaño sentado frente a mi abrio los ojos- yo la cuidare-

-Pero no tengo sueño- me frote los ojos.

-Hermosa, a la cama, ahora- repitió serio.

Bufe quedándome en mi lugar, no pensaba hacerle caso.

El pelinegro llego a mi y me cargo -Vamos a dormir un par de horas, por favor morocha-

-Esta bien-

-Esa es mi chica- me sonrió con dulzura.

Llegamos a la habitación donde el rubio se encontraba durmiendo muy cómodo. Las facciones de su rostro se había relajado y su respiración era lenta.

Jano me sento en la cama, haciendo que Bruno entreabriera sus ojos.

-Hola Ayla-

-Hola cielo- acaricie su mejilla y este sonrió.

Los chicos de mis libros  💎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora