¿Qué tal?
Mi nombre es Ayla López, tengo 22 y estoy completamente jodida
¿Por qué?
La respuesta está compuesta de tres puntos. Déjame iluminarte en esta historia que quizás es real, o quizás también es parte de mi imaginación.
1)-Es simple, cada...
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La canción sirve para todo el cap... suban el volumen para mas placer ;)
Ayla...
Los trillizos levantaron los platos, y todo lo que había sobrado de la cena. Mientras yo los miraba atenta y un poco nerviosa.
-Ven nena- Ezek me hizo una seña con su dedo para que me acercara a su silla. Me levanté y caminé lentamente a su lugar.
Cuando estuve frente a él, abrió sus piernas y con sus brazos me acerco a su cuerpo, sosteniéndome de la cadera. Su cercanía hizo que mi corazón latiera con más ímpetu. Mis ojos viajaron por su cuerpo, para terminar en unos ojos verde esmeralda que observaban con deseo y hambre.
Sentí unas manos en mis hombros y un olor familiar. Canela, ese seguramente debía ser Ezra. Levante mi cara para encontrarme con su perfecta mirada concentrada en mi.
-¿Estas lista?- susurro en mi oído.
Trague saliva y asentí.
-Si...eso creo-
El hermano que antes estaba sentado, se levantó tomándome por la cintura, me sentó sobre la madera fría. En un momento tenía a los tres frente a mi con los ojos oscurecidos y tres sonrisas de lado que me hicieron sentirme más pequeña de lo habitual.
Enzo se quitó la camisa, quedando como sus hermanos. Con el torso descubierto. Tome 30 fotos mentales de cada uno de ellos y lo diferentes que podían llegar a ser.
El abdomen de Ezra era el más marcado de los 3, y el único que no tenía tatuajes en su cuerpo. Por otra parte Ezek, resaltaba por la V tan marcada que adornaba su pelvis y el tatuaje en su costilla. Finalmente, estaba Enzo, quien al quitarse la camisa me dejo ver que el tatuaje de su pecho se perdía en su espalda haciendo un tipo de tribal.
Mordí mi labio inferior al ver la obra de arte que tenía enfrente.
El menor de los tres dio un par de pasos hacia delante, quedando entre mis piernas.
-¿puedo?- señaló la prenda de ropa que aún llevaba puesta.
Asentí.
Pasó las yemas de sus dedos por la parte externa de mis muslos, llegando a la costura de la camiseta. Con un solo movimiento la me la quitó, dejándome en ropa interior. La lanzó al suelo, para volver a su lugar.
-Jo- Ezra hablo
-Der- Ezek terminó la palabra.
La verdad es que no llevaba nada de otro mundo, solo un conjunto de ropa interior color blanco, sin encaje y nada sexy.
Mis mejillas ardieron al verlos con la boca semi abierta.
-¿Qué ocurre?-
-Eres malditamente hermosa Cariño- relamió sus labios - Eso ocurre-
