¿Qué tal?
Mi nombre es Ayla López, tengo 22 y estoy completamente jodida
¿Por qué?
La respuesta está compuesta de tres puntos. Déjame iluminarte en esta historia que quizás es real, o quizás también es parte de mi imaginación.
1)-Es simple, cada...
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Ayla...
-Vamos nena, va a ser divertido- la rubia a mi lado seguía insistiendo.
-Magg, sabes que odio conocer personas-
Llevaba varios meses intentando que fuéramos a un tonto encuentro de citas a ciegas en un bar. La verdad es que me parecían de lo más tontos eso tipos de juegos.
-Puedes ir tu- continúe – además, ni siquiera necesitas ir a esos tipos de lugares. Tienes a todos detrás de ti-
Maggi era la típica estadounidense, rubia de ojos azules. Cara tallada por ángeles y con el cuerpo de una modelo.
-ES MENTIRA- chillo.
La mire poniendo los ojos en blanco.
-Bueno, tal vez si es verdad. Pero esto es para que tu conozcas personas- se acurruco en mi hombro
-No me gustan las personas-
-Una sola vez, luego dejare de molestarte- alzo su meñique- lo prometo.
Alce el mío y los entrelazamos.
-Por el meñique- dijimos al unisón.
Nos pasamos el resto de la tarde en la biblioteca. Teníamos que presentar un informe de 60 páginas sobre instituciones mentales y sus instalaciones.
-creo que es hora de ir a cambiarnos- Magg miro su móvil.
Eran las 18:00, habíamos estado desde las 14:00 y llevábamos algo de 43 páginas.
-Si quieres vete tú, yo lo puedo terminar- la mire con mi cara de cachorro.
-No señorita, tú te iras conmigo- se levantó estirando su mano para que la tomara.
Le hice un puchero en respuesta.
-Lo prometiste, por el meñique. -
-Maldito meñique- bufe y me levante recogiendo mi mochila y mi laptop.
Salimos del edificio y nos internamos entre las residencias estudiantiles.
-No tengo ropa para cambiarme- mire mi móvil. Eran las 18:20
-Yo te presto algo-
-Tu- me reí – si sabes que no tenemos el mismo cuerpo, y que probablemente tu ropa me quede o pequeña o arrastre porque es larga-
-quien te manda a ser tan curvilínea- delineo mi cuerpo con sus manos en el aire. –
-y a ti quien te manda a ser tan alta- levante rostro hasta encontrar el suyo.
-Hey, mi altura es promedio en este país-
-Y mi cuerpo es promedio en mi país-
-Mentirosa- me acuso – a ti te hizo algún tipo de demonio. No puede ser que cargues esa cara de ángel y ese cuerpo de infierno. -
