¿Qué tal?
Mi nombre es Ayla López, tengo 22 y estoy completamente jodida
¿Por qué?
La respuesta está compuesta de tres puntos. Déjame iluminarte en esta historia que quizás es real, o quizás también es parte de mi imaginación.
1)-Es simple, cada...
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Ayla...
3 de julio, era el cumpleaños de los trillizos. Había vuelto a la casa de los chicos, pero ellos tres y Noah estaban viviendo en el apartamento de los mayores. Me encontraba en la cocina preparando el desayuno cuando golpearon a la puerta.
Deje la hornalla apagada y me acerque a la puerta, al abrirla había un chico con tres paquetes.
-¿Enzo, Ezra y Ezek Fierri viven aquí?-
Negué -No, ¿Qué necesita?-
-Tengo un regalo de parte de su novia- sacó un pequeño papel -Ayla Lopez-
Era lo que había encargado hace dos meses para ellos, ya lo había olvidado. - Si quieres, te puedo dar su nueva dirección- fui hasta la oficina y tomé una hoja en la que escribí la calle y el número de apartamento.
-Es al otro lado de la ciudad- bufó cansado.
-Si quieres puedes dejarlo, le diré a sus hermanos que se lo lleven esta noche-
-¿Puede?- sus ojos se iluminaron.
-Claro, dámelos- estire mis brazos y tome los tres paquetes.
El chico se fue, y yo dejé los regalos sobre la mesa pequeña de la sala de estar. Volví a la cocina y continúe con la receta que estaba haciendo.
-¿Qué huele tan bien?- Loan apareció en pijama
-Hot cakes- lo mire divertida -son mis...
-Favoritos- Noah apareció detrás de su hermano.
Loan se volteo y lo miro de mala manera -¿Qué se te ofrece?-
Al tenerlos a los juntos, note que Loan era más alto, pero Noah era más rubio y tenía unos rasgos más definidos. Uno parecía más dulce y el otro más duro. El primero vio a su mellizo y luego a mi. -Vine a buscar ropa-
-Pues subes, la buscas y te largas-
-Loan, no lo trates mal- lo regañé.
-No merece otro trato-
-Disculpen la intromisión, ya me voy- sus ojos se cruzaron con los mios, haciendo que se volvieran brillo.
-No molestas ¿Desayunaste?- puse un plato en la barra.
Negó.
-Bueno, siéntate- fui por otro -Hice de sobra-
Me dio una sonrisa triste- Gracias- se arrastró hasta uno de los asientos.
-Eres mi cuñado, tenemos que tener una buena relación-
Me senté junto a su hermano y empezamos a comer en silencio.
-Buenaaas morocha hermos...- Jano traía una sonrisa pero se borró cuando vio a Noah -No sabía que ahora éramos un comedor comunitario-
