[final 2/3]

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— ¡Avada kadavra! — de escuchó un grito de repente, y frente a sus ojos cayó alguien, alguien que quizá iba en segundo o en primer año, se veía muy jóven todavía.

Había oído de Yeonjun, que lo había señalado con su estúpida varita y fue lo suficientemente torpe para no hacerle daño.

Soobin se quedó perplejo, sin habla. La sensación que le recorría en el cuerpo era indescriptible, alguien había sido asesinado frente sus ojos. No podía creerlo, era casi irreal, indescriptible, ¿Dónde estaba Dumbledore?

Se acercó, era un alumno de Gryffindor, tenía los ojos abiertos; una cara de susto. Se le partió el alma, ¿No habían dicho que no matarían a nadie?

— Se interpuso en el camino, muchacho — escuchó una voz detrás de él, inmediatamente volteó y se encontró con una bruja un tanto desalineada — Dije que no veníamos a matar a nadie, a menos que estorbaran. Él tenía valentía, no lo niego; pero no tenía suficiente talento.

Su corazón latía al mil, esa sensación ya la había vivido antes, como si le leyeran la mente. La bruja levantó su varita y tocó su rostro con ésta. A ese punto, estaba temblando, se supone que ese era el día de su muerte.

— Tranquilo, cachorrito. Yo no voy a ser quién te mate — dijo ella, con voz aguda y mirándolo con lástima — no importa en donde te escondas, él te matará.

Le dedicó una escalofriante sonrisa y se alejó. De verdad no tenía intenciones de matarlo, lo habría hecho demasiado fácil, aunque él supiera el contramaleficio.

En su mente ya había establecido que ese día moriría, que ese día sería asesinado por la persona que más amaba. Todavía no podía creerlo, era tan evidente, ¿Cómo pudo ser tan tonto? Pero Soobin sabía, que en el fondo de su extraño corazón, Yeonjun no sería capaz de hacerlo, que quizá no quedará más remedio que dejar que alguien más lo hiciera. Y a decir verdad, él no era lo suficientemente fuerte para acabar con tantos magos tan poderosos.

De todos modos, tomó su varita en alto y caminó con precaución por el castillo. Jamás había tenido tanto miedo de estar ahí, ni porque podrían castigarlo o porque era demasiado tarde. Siempre había sido ingenioso para que no lo atraparan, pero no creía tener el mismo ingenio para evitar que lo mataran. En eso, escucha a lo lejos unas voces

— Beomgyu, ten cuidado, creo que hay alguien — era un susurro, un muy leve susurro que a penas pudo escuchar. Se quedó quieto, Beomgyu.

Sabía que no iban a hacerle daño, quizá eran Beomgyu y Kai, tenía que hablar con ellos.

Entonces apareció rápidamente, pero su varita fue arrebatada inmediatamente

¡Expelliarmus! — gritó alguien, así fue como su carita se escapó de sus manos. Se llevó una gran sorpresa al descubrir que eran Taehyun y Beomgyu. Eran una extraña combinación, debía admitirlo.

— ¡Soobin! — exclamó Beomgyu en un grito ahogado, corriendo hacia el Hufflepuf para darle un cálido abrazo que fue correspondido casi de inmediato

— ¡Beomgyu! — exclamó Soobin, con un tono de alivio — ¡Estás aquí! ¿Por qué saliste?

— Todos ya están saliendo — aclaró Beomgyu de inmediato — Nadie quiere quedarse sin hacer algo al respecto, especialmente los de último año. Parece que la situación salió de las manos de todos.

— Pero, podrían matarlos — les dijo, recordando al chico que había visto hacia tan solo minutos — Es mejor que vayan a sus salas comunes, así no podrán asesinarlos. Al que buscan es a mí, Yeonjun quiere..

— Asesinarte, sí, lo sabemos — aclaró Taehyun, terminando la frase — No lo hace porque quiere, su familia lo está obligando. No ha querido contarme nada y con mucha razón, tengo la sospecha de que han estado amenazándolo con algo muy grave, creo que nadie puede detenerlo. Se ha hecho muy fuerte estos últimos meses, es capaz de hacer un cruciatus, lo ví en el baño torturando un pequeño escarabajo.

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⏰ Última actualización: Jul 27 ⏰

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