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Me preparaba para la fiesta de Cook, no sabía qué ponerme, no me decantaba si ir con vestido o no, ya que todos sabemos cómo son sus fiestas. Además, todo mi armario es de la ropa que se lleva en la actualidad, no la que visten ellos.

Opté por no ponerme un vestido, sé cómo se puede poner la cosa, así que paso. Si voy a ser sincera, copié un conjunto espectacular de una de las famosas que más influencian mi estilo, estoy orgullosa de ello, no lo voy a negar.

No me maquillé mucho, solo me puse corrector en las ojeras y un poco de brillo de labios, ya he dicho anteriormente que soy algo vaga para estas cosas. Tampoco necesitaba maquillaje, pero quería estar bonita, sin ojeras. Mi hermana entró en la habitación y me hizo el favor de maquillarme como Dios manda, ella siempre me ha ayudado con estas cosas. La verdad es que estaba muy guapa y eso me hizo sentir muy segura de mí misma.

Effy no me iba a acompañar a la fiesta, ella iba a convencer a la madre de Pandora  para que dejara que la rubia pudiera asistir con nosotras. Después del comportamiento tan rancio que me dedicó los días anteriores, pasé olímpicamente de convencer a su madre y no me arrepiento de ello, Pandora debe aprender a tratar mejor a los demás.

Mi hermana se fue a trabajar y yo me quedé en casa. No había móviles como los de ahora, así que esperé en el sofá viendo la televisión hasta que fuera la hora del cumple, y básicamente, a perderme en Bristol porque no tenía ni pajolera idea ni de dónde estaba mi casa. Me costó varios días memorizar el camino de mi casa hasta el supermercado, instituto, farmacia o médico.

El timbre sonó, apagué todas las luces, tomé las llaves, el regalo y mi bolso, esperando que quien timbrara fuera Effy acompañada de Pandora, sin embargo, cuando abrí la puerta me encontré a Cook apoyado en el marco.

—Hola, monstruo del lago Ness. —me saludó burlándose de mí.

Eso había tenido gracia, pero no le iba a dar el gusto de saber que su broma me había parecido divertida.

—Hola, chico con dos neuronas. —dije rodando los ojos— ¿Qué haces aquí? —pregunté, literalmente no sabía que iba a venir a buscarme a mi casa.

Se apartó, dejando ver a Freddie y JJ, el último mencionado ondeaba su mano, nervioso, y con una sonrisa. Era obvio que ellos eran los que me querían ir a buscar, seguramente Pandora o Effy les habían revelado la dirección de mi humilde morada.

—Hola. —saludé, sonriente.

Ellos me saludaron con sonrisas de oreja a oreja totalmente sonrojados.

—Joder, a ellos les dedicas un hola enérgico y a mí me dices que me faltan neuronas, un poco de respeto al cumpleañero, ¿no? —se quejó Cook.

Cook estaba bastante borracho, llevaba una botella de alcohol casi vacía en la mano. Cerré la puerta detrás de mí con llave, luego me giré hacia el cumpleañero y tomé la botella.

—¡EH! —se quejó de nuevo.

—Ya has bebido suficiente. —respondí, mientras caminaba en dirección a no sé dónde.

Trató de quitarme la botella, pero no le dejé, se la pasé a Freddie, él a JJ y el último mencionado la vertió en el suelo y la tiró a un contenedor.

—¡¿Qué hacéis?! —dijo Cook, llevándose las manos a la cabeza.

—Hacerte un favor. —respondió Freddie.

Tomé a Cook del brazo y lo arrastré conmigo para que nos indicara por dónde debíamos ir.

—Ya veréis, lo vais a pasar de puta madre. —dijo entre risas.

Shifting Skins | El diario de Nessie AyersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora