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Cuando volví al instituto al cabo un día, ya que su fiesta se daba a finales de semana, el sábado para ser exacta, no hablé con nadie.

Las chicas no me hablaban, ninguna de ellas. Pandora me miraba aterrada como si en cualquier momento fuera a pegarle una paliza, habrá contado barbaridades. Busqué en mi taquilla los libros correspondientes para las clases que me tocaban. Cuando cerré la taquilla me pegué un susto increíble, JJ estaba frente a mí.

—¡Hola! —saludó, alegre.

—Hola, JJ, ¿estás mejor? —dije, preocupada.

—Claro, todo es gracias a ti, gracias por cuidarme y tenerme en cuenta.

Le di un abrazo largo y emotivo, JJ me daba una ternura increíble y era mi amigo, nunca me juzgaba por nada. Le di un beso en la mejilla y me miró sonriente.

—Sé que lo haces porque soy tu amigo, pero me basta. —dijo, sonrojado, mientras me ponía ojitos de nuevo.

—Ay, JJ, es que eres de lo que no hay. —me reí.

Empecé a hacerle cosquillas, era muy divertido estar con él si soy sincera. JJ, aunque no lo parezca, es bastante divertido solo con su presencia. Nos cortó el rollo Freddie, que vino corriendo a verme.

—Hola. —saludé, nerviosa.

—Hola. —dijo, sonriente.

—Yyyyyy me voy. —añadió JJ, para después irse corriendo.

—¡Vuelve, bravucón! —grité.

JJ empezó a reír, al igual que Freddie y yo. Cuando el rubio cruzó la esquina ya no había rastro de él.

—¿Qué tal estás? —le pregunté a Freddie.

—Genial, ¿cómo estás tú? —preguntó de vuelta.

—Pues la verdad es que genial también.

Empezamos a caminar.

—¿Preparado para la clase más aburrida de la historia? No aguanto que no sepan ni de qué putos libros hablan, no se leen ninguno. —dije.

—¿Tú te los lees?

—Claro, es lo que debe hacerse.

—No me sorprende que saques tan buenas notas.

—Me lo curro, eso es importante. Peeeeero tú no te quedas atrás, McClair.

—¿Llamándome McClair? —preguntó, con una ceja alzada.

—Eso parece —nos detuvimos—. Nos vemos en clase. —le di un toquecito a su nariz y me fui dando saltitos.

Qué ridícula soy cuando quiero, pero es que me salen solas estas cosas. Avanzando embobada pensando en Freddie por los pasillos me encuentro a Effy, viene hacia mí a marcha rápida.

—Hola, no te has disculpado por lo que me dijiste ayer. —dijo.

—¿Por qué debería disculparme por una acción injustificable y cruel que tú has cometido? No estás acostumbrada a que te pongan los pies en la tierra y eso no es mi culpa. —dije seria.

—También he venido para decirte que Pandora me ha dicho que te besaste con Freddie. —dijo con una sonrisa maliciosa.

—Sí, eso pasó. —solté.

—Pues que sepas que él está participando en mi lista, ya sabes a la que me refiero, para estar conmigo.

En ese preciso instante todo se me cayó encima, no me esperaba que Freddie pudiera hacerme eso, hacerme ilusiones y luego irse con mi mejor amiga. Ya decía yo que era raro que él posara sus ojos en mí.

Shifting Skins | El diario de Nessie AyersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora