Capítulo 2: La fiesta de Abigail.

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—Un poco de sombra por aquí... —dijo, mi hermana, Meredith, maquillándome.

—¿Creéis que voy bien? —añadió Michelle, ajustando su vestido de rayas negras y blancas— Tony y yo iremos a conjunto. —soltó una risita dulce.

—Wow, qué bien. —comentó Effy, rodando los ojos.

Las cuatro chicas estábamos en mi casa, en mi cuarto para ser exacta. Effy no acudiría a la fiesta porque quería descansar, llevaba una buena racha digna de ruta del bacalao. Yo le había aconsejado que se tomara un tiempo sin salir, pero ella recalcó que se refería a solo un día o dos por lo menos.

Todos sabemos que a Effy le encantan las fiestas y para ella lo son todo.

Por supuesto, mi hermana tampoco iría a la fiesta. Ya es mayor para eso y más que madura para saber de qué va todo. Ella llevaba a Michelle de fiesta cuando tenía la edad para salir y disfrutar al máximo.

—Explicad, ¿cuál es la misión de Tony? Nessie ha mencionado algo así hace un par de horas. —quiso saber Meredith.

—Es una tontería tan grande como la copa de un pino. —bufé.

—Tony quiere que Sid se estrene, por lo menos que bese a alguien. —suspiró Michelle.

—Y lo que no es besar tampoco le iría mal. —se burló Effy.

—Pero que hagan eso en una casa ajena es... No sé... Asqueroso y de muy mal gusto. —hice una mueca de desagrado.

—Nessie, se nota mucho que has estado en pocas fiestas. —se reía Meredith— Pero es cierto que es asqueroso.

—Algo repulsivo, sí —se encogió de hombros Michelle—. Pero bueno, ¿Quién no lo habrá hecho?

—Yo. —apunté.

—Eso es obvio, monjita. —se reían todas, a coro.

Mi hermana acabó de retocarme el maquillaje y se fue directa a la cama, aquel día había trabajado más de ocho horas. Naturalmente, estaba que se caía por los suelos.

—¿Tony te ha dicho cómo irás? —me preguntó Michelle.

—No, no sé ni dónde está la casa de esa tía. —respondí— Me tiene muy poco informada.

—Bueno, te pongo en contexto: irás a la casa de los Stonem, te reunirás con Sid y Tony e iréis para allá. —explicó, sonriente— Tengo pasar a buscar a Cassie en nada, luego te la presento allí.

Me dio un beso en la mejilla, que obviamente le devolví, y cuando fue a hacer lo mismo con Effy se apartó. Mi mejor amiga daba algo de reparo cuando se trataba de Michelle, no la quería ver ni en pintura.

—Vámonos todas. —soltó Effy, fue la primera en salir por la puerta de la habitación.

Menudo plan.

En la casa de los Stonem, nada más llegar, estaban Tony y Sid espatarrados en el sofá. Parloteaban en voz baja, sería algún secreto de estado que ambos compartían. Effy se fue a su habitación para dormir, no sin antes darme un abrazo.

—Hola. —saludé a los dos chicos— ¿Nos vamos ya?

Se levantaron del sofá y se giraron para observarme, ambos perplejos.

—Es la primera vez que te veo maquillada. —se reía Tony— Pero estás muy guapa.

—Sí, la verdad es que sí. —Sid se ajustó sus gafas, nervioso.

***

Fuimos a la casa de esa tal Abigail a pata, estaba a las afueras de Bristol y fue una caminata digna de maratón. Anduvimos tan rápido que parecía una competición de marcha rápida.

Shifting Skins | El diario de Nessie AyersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora