Capítulo 8: El aliento de la muerte.

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Cuando pusimos un pie en el salón del apartamento, Freddie y Naomi estaban sentados en el sofá tan panchos. La verdad es que Sid parecía desorientado, como si no hubiera pisado nunca ese piso, todo estaba limpio, pero también algo descuidado por las botellas de cerveza que Naomi dejaba por todas partes.

—Te había dicho que no volvieras. —se cruzó de brazos Effy, me lo decía con insistencia.

—No podíamos quedarnos allí. —me defendió Sid.

—¿Por? —se enfadó.

—Temas de mafias. —confesé.

—Claro, si te has juntado con Cook no me extraña.

—¿Cook? —preguntó Naomi.

Su botella de cerveza casi se cae al suelo por la impresión, Freddie logró cogerla al vuelo.

—Sí, he visto que os ha llevado. —espetó Effy.

—¿Y eso qué más da? —pregunté, molesta.

Effy me cogió por el brazo y me sacó del salón de un tirón, nos encerramos en el baño para poder hablar.

—¿Que qué más da? —se estresó— ¡Por Dios, Nessie, es Cook!

—Aún no logro captarte, ¿sabes? —solté.

La chica me miró confundida, su ceño dejó de fruncirse y su rostro se veía más relajado. Posaba toda su atención en mí, esperando una explicación por mi supuesto comportamiento rebelde hacia ella.

—Mira, Effy, no sé a qué viene todo esto de impedirme estar junto a él. Esto siempre ha sido así desde el instituto y aún no logro comprenderlo —expliqué, serena—. No nos habéis dejado en paz nunca, jamás he podido expresarle lo que sentía por todos los obstáculos que nos metíais todos. ¿Tú sabes lo difícil que me es comunicarme con él por estas tonterías que nos hicisteis pasar? —me reboté, suspiré hasta conseguir una actitud asertiva, no quería ponerme a chillar como una energúmena— Por una vez he tenido la oportunidad de volver a verle después de tanto tiempo, le he querido siempre y por mucho que la gente se siga metiendo voy a tener esa espinita dentro de mí. Deja de meterte en mis asuntos, deja de meterte en MI vida.

—¡Cook arruinará tu vida! —manifestó— ¡¿ES QUE NO LO ENTIENDES?! —me pegó un empujón de lo rabiosa que se había puesto— ¡ARRUINARÁ TU VIDA PORQUE ES DESTRUCTIVO, SOLO MIRA EN LA DE PROBLEMAS QUE TE METES PARA ESTAR CON ÉL!

—¡ESOS PROBLEMAS Y OBSTÁCULOS NO SOLO LOS HEMOS HECHO NOSOTROS, TAL VEZ SI OS METIERAis EN VUESTRAS COSAS Y EN VUESTRAS RELACIONES LO ENTENDERÍAIS! —bufé.

Le pegué un empujón, molesta, se lo había devuelto.

—Aunque claro, ¿qué vas a saber tú de relaciones? Solo vas con tu jefe para cobrar más y porque no puedes tener a Freddie por tus errores.

Le dediqué una sonrisa ladeada, sabía que le había dado en el clavo. Puede que me hubiera pasado, pero necesitaba soltar la verdad y todo lo que me parecía mal e hipócrita viniendo de ella.

—Paso de esta conversación. —dijo, triste.

Abrió la puerta del baño y salió escopeteada del apartamento.

—¿Adónde vas? —preguntó Sid, asomándose por la escalera tras verla irse.

—¡A tomar el aire! —le dijo, de mala gana.

Sid volvió a entrar en el piso cerrando la puerta tras él mientras pegaba un silbido que significaba "menudo marrón".

—¿Lo habéis oído todo? —pregunté, nerviosa.

Shifting Skins | El diario de Nessie AyersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora