—¡Nessie, haz el favor y baja a desayunar ahora mismo! —imploró mi madre, harta de tantos avisos.
—¡Ya voy! —chillé, molesta como cualquier adolescente ocupada, mientras tapaba mi teléfono móvil con la mano.
Destapé el dispositivo, volviendo a la línea de llamada. Estaba manteniendo una conversación con Michelle y Cassie, las chicas me aconsejaban sobre mi primer día en el colegio intensivo de Bristol contándome las cosas que ellas vivieron en su primera aparición en el centro escolar. No les pregunté consejo porque estuviera emocionada ni nada de eso, es solo que... Bueno, no engañaré a nadie: efectivamente, estaba emocionada.
Tenía tantas cosas que vivir y tantas personas a las que conocer que me parecía la experiencia de una nueva aventura llena de sorpresas tanto gratas como decepcionantes. Era una adolescencia a la que no estaba acostumbrada y que más bien la tenía como un experimento social que vivir.
—Perdón, chicas, tengo que colgar... Es la tercera vez que mi madre me avisa para que baje. —expliqué, suspirando— Gracias por los consejitos.
—Lo entendemos, tranquila. —aclaró Michelle, comprensiva.
—Ya nos dirás si hay chicos guapos, eh. —añadió Cassie, alargando las palabras con su dulce voz— Ya es hora de que tengas un novio.
—Ah, así que os interesan más los pivones que pueda haber. —rodé los ojos, riendo— ¿Os interesan más ellos que mi día o qué? Es el día decisivo de mi adolescencia... Según el instituto que escojas, la clase que tengas o donde te sientes, tu destino cambia por completo. —insistí.
—Lo primero es lo primero, así podremos darte consejos amorosos que ya es la hora de poder hacerlo. —reía Michelle— Y no te comas tanto la cabeza, todo irá bien.
—Vale, supongo que acepto eso. —hablé, bufona.
—Por cierto, ¿qué te has puesto? —preguntó Cassie, curiosa— La primera impresión también ayuda para conocer gente.
Vaya, llevaba tanto rato gastando saliva charlando que ni siquiera me había dignado en observar mi apariencia, hablo tanto de mi conjunto como en todo lo que me caracterizaba.
—Pues... —me puse en pie, acercándome al gran espejo que ocupaba una puerta corredera de mi armario— Una chaqueta de cuero de piel naranja, con el cuello y mangas de lana tipo motociclista. —comenté, sin darle mucha importancia.
—¿Y? —preguntó Michelle— No has acabado el conjunto.
Resoplé, pensando que realmente no tenía mucha importancia.
—Un vestido negro corto de manga larga, unas medias negras y unas botas militares con el anillo dorado que comparto con Effy. —formulé— ¿Contentas?
Lo del anillo lo descubrí gracias a mi diario, fue un regalo de amuleto de amistad que me dio Effy al cumplir doce años.
—Chica, vas a matar hombres así. —sugirió Cassie.
Como si fueran las típicas hermanas mayores que te halagan, me chincharon diciéndome que los chicos se quedarían embobados y pelearían por quién podía tenerme bajo sus riendas. No obstante, yo negaba sus afirmaciones a cada rato, esos temas me dan algo de vergüenza. Soy algo rara con eso y en general con otros temas de conversación, supongo que no tengo remedio.
—Chicas, cuelgo ya. —sentencié— No voy a hacerle esperar más a mi madre.
—Vale, adiós mata hombres. —se despidieron, al unísono.
La llamada finalizó, dejándome libre para volver a curiosear en las páginas del diario antes de bajar a desayunar. El libro estaba en el escritorio que daba justo delante de mi cama, a los pies de ella. A ese escritorio le dedico horas tomando apuntes, estudiando, resumiendo y esquematizando, haciendo los deberes...
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Shifting Skins | El diario de Nessie Ayers
FanfictionUna chica llamada Nessie Ayers decide probar el famoso "shifting" en el que las chicas adolescentes dicen poder cambiar de realidades y entrar en sus películas, series o sagas de libros favoritos. Entró con el propósito de cambiar a una de las perso...