Capítulo 11: La fiesta de Pandora.

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—Ahora vuelvo, tengo que atender una llamada. —me disculpé.

—Vale. —dijo Effy.

Pandora restó importancia a mis palabras, ni siquiera contestó. Sinceramente, tampoco necesitaba oír nada que saliera de su boca. Estábamos en la casa de mi mejor amiga, sus padres ya dormían y justo una llamada entrante de Michelle interrumpió nuestra charla de chicas. Bajé las escaleras sigilosamente y me metí en el baño para poder hablar.

—¿Diga? —descolgué el teléfono.

—Nessie, soy Michelle —respondió la chica al otro lado de la línea—. ¿Puedo hablar contigo ahora?

Oí como mi amiga se sorbía la nariz, seguramente había estado llorando durante un buen rato.

—Sí, Michelle, tengo tiempo. —aseguré.

—Seguro, eh, no lo hagas por mí que tú eres demasiado buena. —se quejó.

—No te preocupes, estoy aquí para ti, no me importa y no tengo nada más que hacer.

—Vale, es que estoy preocupada por Tony porque no quiero depender de él —explicó—. No deja de depender de mí en todos los ámbitos y estoy cansada de tener que aguantar sus inseguridades.

—¿Has hablado con él?

—No, aún no.

—Habla con él, Chelle, ¿Tú quieres dejar vuestra relación?

—No, no quiero... Mejor hablo con él de golpe, pero no sé cómo.

—Lo que te salga, Chelle, lo que te salga.

—Vale, gracias.

—De nada, chica.

—Es que hacía unos días que no hablábamos y también quería llamarte por eso, ¿Cómo estás?

—Bien, mejor de lo que creía.

—¿Fuiste al cumpleaños de ese chico?

—Ah, sí, de hecho ayer fuimos de nuevo a otra fiesta, aunque no de cumpleaños.

—¿Y te gusta?

—¿El qué?

—Ese chico, boba.

—No, no me gusta para nada.

—¿Seguro? Porque esa indecisión para ir a la fiesta es sospechosa.

—Que no me gusta. —me quejé.

—¡No me engañas!

—Te lo juro, no me gusta.

—Ajá...

—Solo es guapo, muy guapo.

—¡NESSIE!

—¡PERO NO EN ESE PLAN!

—O sea, que solo te parece guapo, pero no te gusta.

—Exacto, es un imbécil con las chicas.

—Ya veo... ¿Es un Tony?

—Mmm... Sí y no, más tirando a no.

—¿Es peor?

—No sabría qué decirte...

La chica empezó a reír, vaya, debo ser doña comedia.

—Dime, ¿te gusta alguien? —me preguntó, estaba insistiendo.

—Bueno, no realmente... Me había interesado antes Freddie McClair, pero ya nada...

—¿Sí? De él no me habías hablado, puerca.

Shifting Skins | El diario de Nessie AyersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora