Effy bajó a toda prisa para coger mi brazo forzándome a que me detuviera. Parece que no le interesaba ese encuentro o que simplemente no me convenía ir tras un desconocido en un callejón. Comprensible.
—Nessie, ni se te ocurra. —me ordenó, amenazante.
—Sí, lo siento... Pensaba que le conocía o algo. —me quedé pensativa.
—Eh... —sonó estresada— ¿C-Cómo le vas a conocer? Si te acabas de topar con él, no es nadie que conozcas. —estaba nerviosa.
—Sí, tranquila, es lo que había pensado. —alcé una ceja, sospechando algo.
—Pues... Pues eso, era solo un camello, tenía toda la pinta. —dijo, a toda prisa— Anda, vamos para dentro.
—Sí, sí.
Miré una última vez detrás de mí sin encontrar la figura de ese chico misterioso por ninguna parte, no le di más vueltas al asunto y entré en el edificio subiendo un montón de escaleras hasta llegar al apartamento. Era el último piso, el ático, y no había ni un puñetero ascensor. El que había era viejo e inservible.
—No llego viva. —me quejé, mientras las lágrimas de sufrimiento bajaban por mis rosadas mejillas.
Mi cara probablemente estaba toda impregnada del color rojo típico después de correr un maratón.
—Ya casi estamos. —dijo Effy, tratando de apoyar en algo.
—Claro, como tú llevas mi bolsa. —me quejé, de nuevo.
—Hay que ser más rápida.
—Hiy qii sir mís rípidi.
—Nessie, eres una quejica. —se molestó Effy— Ya estamos.
Y así era, habíamos llegado en un abrir y cerrar de ojos después de pronunciar una queja a todo volumen.
—Por cierto, a Naomi le había prometido una sorpresa. —susurró, guiñó un ojo con una sonrisa de oreja a oreja.
Effy no tardó en sacar las diminutas llaves de su apartamento. Abrió la puerta de par en par con total felicidad. Naomi estaba justo pasando por el pasillo que daba frente a nosotras, bebiendo de una botella de cerveza.
—¡Sorpresa! —anunció Effy.
La chica se sorprendió tanto al verme que escupió el líquido que tenía en la boca. Negó con la cabeza varias veces como si tratara de asimilar el shock que acababa de experimentar.
—Aquí está la sorpresa. —continuó Effy.
—Joder, Effy, cuando te referías a sorpresa me imaginaba un puto imán o algo así —la rubia se acercó a mí y con su dedo índice tocó una de mis mejillas—. ¿Es una doble o un robot o algo? Es muy realista, hasta parece que sea Nessie.
—Soy yo, Naomi. —aparté su dedo.
—No me lo puedo creer —susurró—. Acabas de salir en las noticias, es decir, que tu caso se ha cerrado porque has aparecido y denunciado lo que ha sucedido y... —se cortó a sí misma— Wow, simplemente, wow.
—A mí también me cuesta asimilarlo. —dije, con una risa nerviosa.
—Bueno, pasa, pasa. —se hizo a un lado.
Una vez me instalé en la habitación de Effy, la chica de ojos diamante manifestó que como ella se iba a la oficina yo debía hacer lo mismo. Así la oferta de trabajo seguía en pie y la plaza estaba pillada. No me pareció mal, era una buena estrategia.
—¿Y dónde has estado? —me preguntó Naomi.
—Ni yo lo sé. —respondí.
—Joder... Es que lo siento, pero no sé qué decir... Me alegro de que hayas vuelto.
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Shifting Skins | El diario de Nessie Ayers
FanfictionUna chica llamada Nessie Ayers decide probar el famoso "shifting" en el que las chicas adolescentes dicen poder cambiar de realidades y entrar en sus películas, series o sagas de libros favoritos. Entró con el propósito de cambiar a una de las perso...