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Cook me tomó de la mano instintivamente, Pandora la estaba liando parda, ¿es que no se cansa nunca de querer fastidiarme?

Ni siquiera estábamos haciendo nada, literalmente no estaba pasando nada sexual, no sé qué le pasa, en serio. Estas cosas me ponen de muy mal humor, parece que sea ella que lo ve todo con connotaciones muy subidas de tono, me daría vergüenza ser ella.

—Cook, no me tomes de la mano. —dije.

—A ver, Nessie, ¿quieres pasar de una humillación o no? —preguntó serio.

—¿Dónde vamos?

—En contra dirección, aún no lo ha difundido del todo, venga, antes de que la gente salga al pasillo y nos vean.

Asentí con la cabeza, empezamos a correr en contra de la dirección donde había ido Panda, íbamos cogidos de la mano totalmente desesperados porque no habíamos hecho nada, buscábamos algún punto en el que pudiéramos escabullirnos entre la gente, mostrando que Pandora estaba mintiendo.

—¿Has oído que James Cook y Nessie Ayers están...? —dijo la voz de un chico a lo lejos.

—Sin duda es una puta. —se burló la chica que iba con él.

Cook se giró para verles la cara.

—Te juro que le parto la cabeza. —dijo Cook soltando mi mano dirigiéndose hacia ellos.

Tomé su brazo.

—No seas gilipollas, vámonos —dije—. Vamos a algún sitio con gente, cuando llegue Panda no la creerán porque estamos ahí. —expliqué.

Se tocó la cabeza con su dedo índice dando toques.

—Qué máquina. —dijo.

—Sí, venga. —ordené.

Creía que íbamos a ir sin cogernos de las manos, pero él tomó la mía de nuevo, entrelazando nuestras manos. Él acariciaba con su pulgar la palma de mi mano mientras miraba para dónde podíamos ir. Sentí un cosquilleo por todo mi cuerpo.

—Wow, ¿crees que de verdad estarán...? —preguntó un chico.

—Vamos. —susurré tirando de su mano.

Nos escabullimos por un pasillo totalmente vacío. Cuando nos sentíamos más seguros empezamos a caminar con tranquilidad, el pasillo era largo, así que si debíamos correr ya lo haríamos.

—¿Por qué has querido defenderme si te caigo tan mal? —pregunté.

—Mira, solo agradece que lo haga. —respondió, rodando los ojos.

Empezó a acariciar mi mano de nuevo, lo hacía como si nada, como si fuera algo normal entre nosotros. Me aparté con la excusa de rascarme la nariz.

—Me ha dicho Effy que estáis saliendo. —solté.

—No realmente, no le dije que sí —respondió, con actitud pasota—. Pero bueno, no me quejo, puede que le diga que sí.

Me miró como si quisiera tener mi validación, era una mirada que me hacía muchas preguntas, pero yo no sabía cuáles eran.

—Creo que el tiempo se nos echa encima, vamos donde haya mucha gente, a mi taquilla. —dije, nerviosa.

Llegamos a mi taquilla y nos quedamos ahí, él se apoyaba en sus rodillas, estábamos exhaustos de tanto correr. Abrí mi taquilla buscando parecer convincente de que no había pasado nada, él se puso a mi lado.

—No hemos hecho nada, joder. —me quejé.

—La que nos espera si esto no funciona. —resopló.

Rodó los ojos apoyándose en la taquilla que yo tenía al lado, la de Pandora. Había mucha gente ahí, era imposible que la gente le creyera si todos veían que estábamos ahí.

Shifting Skins | El diario de Nessie AyersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora