Spin-off: Resiliencia. Parte II.

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"Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos".

Viktor E. Frankl

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Teresa sacó el tubo de la muestra de sangre y la alzó viendo la mirada de aquellos dos hombres fijos en ella, la mirada rojiza de Mikael, la grisácea de Jeremy... No podía enojarse con este último después de todo lo que había sucedido, después de haberle salvado y dado un propósito pero... en esos momentos, de verdad que estaba molesta...

—Mi sangre contiene las respuestas, si muero, lleven esto a un laboratorio en el cual confíen —ella dejó la muestra en la mesa y, dando la media vuelta, abandonó el salón dejando a los dos hombres intercambiando una mirada sin saber muy bien qué hacer o decir en ese momento... sin embargo, antes de que alguno de ellos despegara los labios, vieron que Teresa se había vuelto a asomar bajo el arco de aquel pasillo lateral—. No puedo imaginar por lo que han pasado ustedes dos, pero sé que ninguno de los dos es la clase de persona que se quedaría aquí discutiendo mientras el mundo muere. Ustedes no son así... ¿o sí...?

Y con eso Teresa sintió que no tenía nada más que decir, por lo que dejando a aquellos hombres mirándose las caras, ella se adentró a los lavados en donde, después de mojarse la cara, dejó las manos bajo el chorro frío esperando calmarse... Tras mirarse en el espejo suspiró...

—Eso no fue muy amable de mi parte... —murmuró tras pensar en todo lo que les había dicho.

De pronto se escuchó un chillido, sobresaltada, Teresa se giró y dirigió la mirada hacia las puertas de los inodoros, apretando las manos, se encaminó hacia aquella que lucía ligeramente abierta, pero antes de siquiera tocarla, sintió ese olor metálico característico y tan familiar, después de bajar la mirada, notó el avance lentamente de la sangre... La vampira abrió la puerta finalmente y notó, sentada en el retrete, a una joven con la garganta abierta... Teresa retrocedió un paso diciéndose a sí misma que debía dar el grito de alerta, pero antes de siquiera producir el más mínimo sonido, una mujer rubia de ojos rojos apareció por detrás, Jill, con un veloz movimiento, pasó las manos por su cuello y la noqueó.

Por otra parte, aún en silencio, Jeremy y Mikael se encontraban sentados a la mesa con los ojos clavados en las vetas de la plancha de madera circular que conformaba el mueble, tras la ida de Teresa no se habían atrevido ni a alzar la mirada, pero entonces, antes de que la incomodidad fuera más grande, la puerta del salón se abrió ingresando un hombre pálido y ojeroso, corriendo desesperado, en dirección a Jeremy...

—¡Patricio! —gritó entonces con rabia el aludido.

Poniéndose de pie de golpe, arrojando lejos la silla tras él, cogió al recién llegado y lo empujó con dureza contra un pilar.

—¡Espera! ¡Déjame explicar! —suplicó el hombre en un inglés matizado con acento español.

—¡Jeremy, cálmate! —exclamó Mikael poniéndose de pie,

—¡¿Recuerdas el tipo del que te hablé?! Este es el bastardo que entregó a mi unidad... —rugió Jeremy apretando con más fuerza los bordes de la chaqueta del hombre.

—No lo entiendes... —suplicó Patricio—. Por favor... detente...

La camarera se asomó en ese momento pegando un grito de alto, pero Mikael se apresuró a sacar su identificación y la alzó señalando que ese era un asunto oficial del gobierno, tras eso volvió a centrarse en Jeremy temiendo que en cualquier momento aquel pudiera estrangular al indefenso y famélico hombre...

La legión del Caos (Temporada 4) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora