La legión del Caos (Temporada 4) [Eldarya]

Capítulo 31: Romper la cadena.

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"El coraje no es la ausencia de miedo, sino el juicio de que alguna otra cosa es más importante que el miedo"

Ambrose Redmoon

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Él había sido joven, impulsivo, influenciable y, por sobre todo... un cobarde... la tarde en que había estado de pie ante el mar, aquella tarde fría y nublada, a su mente había acudido al día de... su caída al pozo de la más completa blasfemia... La pandilla con la cual se juntaba había llevado a aquel hombre hasta esa bodega, lo habían atado y comenzado a golpear solo por diversión, y al parecer también les había parecido entretenido pedir un rescate... Ramón Durand no había sido millonario ni nada, simplemente tenía un pequeño restaurante y era padre soltero, pero nada de eso había importado, aquellos chicos se habían reído mientras lo golpeaban y él, en sus 17 años, se había mantenido al margen, temblando y fumando mientras esperaba que todo terminara... sin embargo... el jefe del grupo había pensado que ya era tiempo, lo llevó de un brazo y le puso sobre las manos temblorosas un tubo de acero, y la orden fue clara: "hazlo, golpéalo"... Bernard Ellis hubiera querido salir corriendo, huir, pero sabía que no lo dejarían escapar... era él o aquel padre soltero... y... era demasiado cobarde como para priorizarlo a él... así que ante la presión de aquel grupo que le miraba fijamente, Bernard le dio el primer golpe... Ramón dejó escapar un quejido terrible mientras escupía más sangre... El jefe le dijo que siguiera golpeándolo y nuevamente Bernard no tuvo el valor de contradecirlo... y ese fue el momento en que se perdió, comenzó a golpear a Ramón una y otra vez... pronto el tubo de acero se llenó de sangre y aquella víctima dejó de proferir quejidos, cuando Bernard dejó escapar un grito de rabia y desesperación, es cuando se percató que Ramón Durand yacía en el suelo... la cabeza se le había hundido y... ya no se movía... el resto de la pandilla se dio cuenta de lo que había sucedido y emprendieron la huida en el acto, no fue así para Bernard el cual, dejando caer el tubo al suelo, retrocedió hasta quedar con la espalda contra la pared... No pudo quitar la mirada del cadáver que yacía a sus pies, y esa imagen le persiguió hasta aquella tarde en el muelle en que, con el peso de su pecado cometido décadas atrás, había saltado al mar intentando quitarse la vida...

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Sede de la policía federal de Sion – Distritito sur (lunes 06 de abril – mediodía):

Avanzando por el pasillo, dejando en la sala común a todo ese grupo que seguía riendo y comentando el desliz de Franklin en aquella comida que, tras emborracharse, había puesto en una muy mala posición al teniente Blackfield, Fiorella Greco sacó un cigarrillo y, en ese pasillo desierto junto a la ventana abierta que daba al exterior, se sentó en la banca junto a la máquina de gaseosas y se lo llevó a la boca para aspirar la primera bocanada... habían tenido varios momentos de distracción, no obstante, la tensión por el caso que llevaban no había desaparecido, todo lo contrario, había aumentado...

Fue entonces cuando, tras sentir que comenzaba a relajarse, escuchó el opaco sonido de la vibración de su celular, aquella stenadler lo sacó de uno de sus bolsillos y lo observó... y de inmediato sintió que el estómago se le revolvía... la denominación "la psicópata acosadora" le hizo maldecir por dentro, hasta que, a sabiendas que no podía escapar de ella, se prestó a responder no sin antes cotejar de que no hubiera nadie más cerca.