Capítulo 32: El llamado de las víctimas.

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"¿Cómo habríamos de olvidar esos antiguos mitos que están en el comienzo de todos los pueblos, los mitos de los dragones que, en el momento supremo, se transforman en princesas? Quizás todos los dragones de nuestra vida son princesas que esperan sólo eso, vernos una vez hermosos y valientes. Quizás todo lo espantoso, en su más profunda base, es lo inerme, lo que quiere auxilio de nosotros". 

Rainer Maria Rilke.

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Aquella vez, hacía 30 años, ella había creído que saldría de paseo con su padre y madre, todo había parecido normal, había comido papas fritas y una gaseosa, había reído y a su vez les había visto reír también, posteriormente le había dado sueño, no había encontrado nada sospechoso en eso, no tenía como creer que le hubieran dado extraño en esa bebida, ella, simplemente, se había dormido confiando plenamente en quienes amaba... Para cuando había despertado horas después, en medio de la noche y en ese lugar apartado del Rock Creek, con el arrullo del río cercano... ella había sentido los pulmones apretados, sentido un peso enorme... visto las ventanas selladas con cinta de embalaje, una manguera orientada hacia el anterior y a sus padres inmóviles en los asientos delanteros...

Una carta encontrada en el panel dijo a los investigadores el motivo por el cual aquel matrimonio había decidido terminar con sus vidas y con la de su pequeña hija de 5 años... Deudas, deudas y más deudas, el temor de perder el estilo de vida acomodado, las luces, el mármol, el champagne y el caviar; sus padres habían temido perder el lujo y por eso habían ignorado que se tenían el uno al otro, habían ignorado a su hija... y habían optado por morir juntos...

Pero no lo habían logrado, en cuanto ella había despertado y comprendido la situación, había alzado los puños y gritado con todas sus fuerzas, lo hizo incluso cuando la inconsciencia ya la amenazaba, pero su lucha por sobrevivir le permitió que un pescador la oyera, le permitió salir de ese letal auto... aún si horas después estaba sola en un pasillo del hospital, con un asistente social a su lado y una policía de patrulla la cual, con una sonrisa amable, se había acuclillado ante ella mientras le cubría con una manta.

>>—¿Cuál es tu nombre, pequeña?

>>—Tiffany... —murmuró ella.<<

La patrullera había asentido y, alzándose, se sentó a su lado comenzando a frotarle la espalda, aquel fue el momento, en su corta vida, que ella había comprendido el significado de la muerte y, por sobre todo, del suicidio. 

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Asilo Sunrise – distrito norte de Columbia (miércoles 08 de marzo – 07:30 a.m.):

Tiffany comenzó a detener lentamente el vehículo a un lado de la acera, tanto ella como Akihiko, este último sentado en la parte trasera del Toyota, se inclinaron hacia adelante, y a la derecha, en el estacionamiento del edificio en donde se extendía el asilo, habían varias patrullas de policía y una ambulancia, intercambiando una mirada, en silencio la reportera giró el volante y buscó otro lugar en donde estacionarse.

Tres minutos después, ambos se acercaron hasta las varas blanqui-rojas, había un cuadrado desplegado con cintas amarillas y detectives de la sede norte conversando al parecer con un guardia, Akihiko se separó de Tiffany y caminó hasta la zona acordonada, un patrullero le selló el paso pero en cuando el investigador se presentó como un miembro del NFS se le permitió seguir, mientras Akihiko se acuclillaba para examinar el cuerpo, Tiffany sacó su celular y comenzó a tomar fotografías del lugar, sus alrededores y la fachada de 12 pisos del edificio.

La legión del Caos (Temporada 4) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora