La legión del Caos (Temporada 4) [Eldarya]

Capítulo 59: Regresando a casa.

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"El hombre no es de ninguna manera un ser firme y duradero, es más bien un ensayo y una transición, no es otra cosa sino el puente estrecho y peligroso entre la naturaleza y el espíritu. Hacia el espíritu, hacia Dios, lo impulsa la determinación más íntima; hacia la naturaleza en retorno a la madre, lo atrae el más íntimo deseo: entre ambos poderes vacila su vida temblando de miedo".

 Hermann Hesse

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—¡Espera! —Vincent respiró hondo y, tras llevarse el cabello hacia atrás con una mano mientras pensaba, terminó alzando la mirada hacia ella y, con una pequeña sonrisa avergonzada, agregó—. Lo tengo... Sí, creo que es eso. Creo que sé lo que es.

—¿Qué...?

—Conoces a las princesas encantadas de los cuentos, ¿verdad? Es eso.

—¡¿Qué pasa con eso exactamente?! —replicó Fleur sintiéndose irritada...

¿Qué estaba sucediendo? Después de años... ¡cientos de años! Después de vivir tres líneas temporales, dos de ellas llenas de culpa y arrepentimiento, cuando al fin se prestaba a morir... ¿resulta que no lo hacía...? ¡¿De verdad ese chico era el destino que Dios había puesto en su camino?! ¡¿Acaso había sido engañada?! Y entonces, en medio de sus divagaciones, Vincent le cogió el rostro con ambas manos.

—Un beso.

—¿Qué...?

Y sin dejarle decir nada más, él acercó su rostro al de ella posando sus labios sobre los suyos, y al tiempo que él pasaba la diestra por su nuca y bajaba la surda hasta su cintura, Fleur sintió que Vincent la atraía más contra sí y la besarla como nunca pensó que sucedería... y en esta ocasión, por primera vez, bajo la suave nieve en medio de aquel campo florido... Y entonces, con esa misma sorpresa y sutileza con se le había acercado, Vincent se alejó manteniendo los ojos cerrados y el rostro inclinado hacia el suelo, Fleur, por su parte, apretando los labios, le miró sin poder salir de su desconcierto...

—Hice esto por pura desesperación, espero que lo entiendas... —murmuró entonces Vincent aún manteniendo los párpados fuertemente apretados.

—Abre los ojos... —replicó Fleur con el cuerpo plagado de cosquillas.

—Ya he abierto por completo los ojos... —dijo Vincent obedeciendo la petición pero sin atreverse a mirar directamente a su interlocutora.

—Oye... ¿qué acabas de hacer...? —murmuró la semidiosa alzando una mano a sus labios—. ¡¿Estás loco?!

—¡¿Cómo puedes decir eso a alguien que está haciendo todo lo posible por hacerte bonita?! —refunfuñó Vincent girándose de golpe hacia ella—. ¡¿Crees que quería hacer eso?! ¡No quería hacerlo al final y al cabo! ¡Estoy seguro de que has besado a mucha gente hasta ahora pero para mí...! Para mí fue... —él apretó los dientes y volvió a mirar en otra dirección con humillación—, para mí...

—¡¿Para ti qué?!

—¡Fue mi primer beso! ¡Sé que lo sabes ¿así que porque te haces la sorprendida?! —Vincent chasqueó la lengua molesto—. ¡Búrlate si quieres y di que soy como una niña! ¡No me importa! Para mí era importante... No debería de haber despilfarrado mi primer beso en esto... —tras ver la expresión desconcertada de Fleur, Vincent alzó las manos nuevamente hacia la empuñadura de la espada—. Ven, lo intentaré de nuevo...