Capítulo 83: Estaba advertido. Parte II.

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"La luz siempre produce sombras. Si intentamos crear una línea brillante, es inevitable que surjan zonas oscuras alrededor".

Flash Boys - Michael Lewis

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Tidal Basin (23 de diciembre – 10:05 a.m.):

Viendo los adornos navideños que decoraban desde hacía ya a inicios de diciembre quizás, cada zona del barrio a lo largo y ancho del río Anacostia y Potomac, Eowyn alzó la mirada al cielo con las manos embutidas en su abrigo, con el gorro de lana en la cabeza y la bufanda en torno al cuello, soltó una gran bocanada de vapor y luego, sonriendo, se giró comenzando a caminar de espaldas, su acompañante, Flavio, le sonrió también.

—Quería darte las gracias por haberme estado ayudando a entrenar durante todos estos meses —dijo entonces la arconte—. Necesitaba ganar poder y no sabía cómo. Gracias a mis recuerdos recuperados, puedo entender porque mis padres no querían que siguiera alimentando mi herencia astral... pero gracias a ti mi poder como arconte ya es algo natural para mí.

—No era mucho lo que yo podía enseñarte —respondió Flavio introduciendo a su vez las manos en los bolsillos de su amplio abrigo negro de cachemira—. Tenías mucha técnica y fuerza, pero estabas llena de inseguridad de ti misma. Te asustaba usar tu poder y eso te frenaba.

—Supongo que es verdad... —Eowyn respiró hondo y, deteniéndose, miró hacia la cuenca del Tidal—. Había perdido a mi hermana gemela... supongo que todo me aterraba a partir de ese momento... y ese sentimiento de no sentirme completa solo crecía más a partir de eso.

—Pues no deberías volver a sentirte así —repuso el nephilim—. Estoy seguro de que tu hermana... querría que vivieras tu vida con intensidad y alegría.

—¿Verdad que sí? —dijo Eowyn con una sonrisa nostálgica—. Luneth seguramente sería así... éramos tan jóvenes... unas niñas que solo estábamos comenzando a vivir, pero ella ya sabía tanto... Así que sí, estoy segura que ella estaría apoyándome... Lo único que lamento es haberla olvidado.

—Si ella estuviera aquí lo entendería.

Eowyn volvió a mirar a su interlocutor, estaba tan agradecida con él por todo el apoyo y compañía que le había dado como nunca lo había pensado... Incluso en el peor momento de Flavio tras lo sucedido con Masao, a costa de su sufrimiento, había seguido apoyándola... Y eso Eowyn no lo olvidaría y estaría en deuda con él por siempre...

—Por otro lado... —dijo entonces Flavio volviendo la mirada también hacia el río—. Ten cuidado, sé que toda esta fuerza que querías conseguir es para proteger a quién amas... Pero nada tendrá sentido si pereces en el camino...

—Lo sé... no podría hacerle eso a Ian... —murmuró Eowyn, entonces, después de respirar hondo, ella se acercó al nephilim, abrió la bolsa que llevaba consigo y sacó de ella una bufanda de color gris la cual acomodó en torno al cuello de él—. Del modo que sea... prometo cuidarme. También hazlo tú.

—Soy bastante fuerte.

—Lo sé, seguro que eres más fuerte que yo —rio la arconte, no obstante, al segundo una profunda nostalgia se extendió en su faz—. Pero aún así, cuídate —ella entonces se alejó unos pasos y le observó con lágrimas en los ojos—. ¿Te vas ahora a Italia?

—En una hora, ya tengo todo en el aeropuerto...

—Temo por ti...

—Estaré bien... —Flavio se acercó y, cogiendo de los hombros a Eowyn, se inclinó sobre ella y le dio un beso en la frente—. Esto es algo que debo hacer...

La legión del Caos (Temporada 4) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora