Spin-off: Resistencia. Parte II.

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"Todos estamos hechos de carne y de una fibra milagrosa llamada coraje

Mignon McLaughlin.

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De pie ante la ventana, con la espalda muy recta y una sutil sonrisa complacida, Varenka Belikova contempló los brillos amarillos y naranjos de la zona que estaba siendo bombardeada en la ciudad, finalmente, después de casi dos minutos de silencio, respiró hondo y cruzó las manos tras la espalda, viendo aquel gesto, el secretario se prestó a hablar.

—La erradicación de los B.O.W.s está avanzando según lo que se planificó.

—No deben permitir que ni uno solo escape de la ciudad —ordenó ahora la presidenta con una expresión resuelta.

—Estamos preparados para cualquier eventualidad, señora. Y si me permite una cosa más al respecto de Judith Borgia.

—¿Han averiguado algo?

—Al respecto, la B.S.A.A.* no trabaja nadie con el nombre de Judith Borgia.

—¿Hablas en serio? —preguntó ella girando hacia el hombre.

—Sí, señora.

—Mmm... por supuesto —sonrió ella volviendo la mirada hacia la ventana.






Al amanecer del día siguiente, cuando el sol aún estaba recién emergiendo a sus espaldas, frente al edificio presidencial ya estaban instaladas todas las barricadas de los militares, a través de las radios fluían las órdenes de alertas y así mismo llegaban los camiones con arsenal y los tanques se posicionaban a cada costado de la calle, entonces el vigía, tras alzar el larga vista a los ojos, anunció que tres camiones se acercaban. Detrás de las primeras barricadas de concreto, el soldado asomado por sobre la trampilla del tanque también dirigió los binoculares hacia el camino al tiempo que el cañón de las balas apuntaba hacia la zona, efectivamente a los pocos segundos aparecieron tres camiones medianos con los logos de una abeja feliz...

Tres soldados se adelantaron y caminaron con sus rifles, uno de ellos alzó la diestra y comenzó a hacerle señas a aquellos vehículos de productos de miel, le gritó que se detuvieran varias veces hasta que al fin los 3 camiones se estacionaron uno al lado del otro a unos 30 metros de la barricada. En cuanto los motores se apagaron, las puertas de la parte trasera se abrieron de par en par, los 3 soldados intercambiaron una mirada y apuntaron sus armas hacia las cabinas de conducción, no obstante, antes de llegar a las puertas y obligar a los choferes a bajarse, la estructura de los transportes se meció de lado a lado, hasta que se oyeron unos rasguños y, de la parte superior del camión del centro, se asomó un ser cuadrúpedo parecido a un perro... Eran musculosos y de piel vibrante, además de poseer cabezas monstruosas y fauces afiladas... Aquel primer perro de talondro miró a los soldados ante él y abrió las mandíbulas en un gran rugido.






Dentro del despacho de la presidenta Belikova, cogiendo la taza con té que le habían ofrecido, Judith sonrió mientras aspiraba el suave aroma a miel con el cual se había endulzado la bebida, sonriendo, le dio el primer sorbo antes de alzar la mirada hacia su anfitriona que también, sentada en el sillón contrario, disfrutaba de su té.

—¿A dónde estuvo anoche? —preguntó entonces Varenka revolviendo su bebida con la cuchara—. No estaba en su hotel.

—Fui a ver a un viejo amigo —respondió con una media sonrisa Judith dejando la taza de regreso a la mesa de centro.

La legión del Caos (Temporada 4) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora