Capítulo 48: Quizás no sea tan malo.

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"Todos estamos tan desesperados por ser entendidos, que olvidamos ser comprensivos".

  Beau Taplin

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>>Isobel frunció la boca molesta y se giró, no obstante, antes de siquiera alcanzar la puerta, se giró movida por esa duda nacida de la noche anterior tras su conversación con su hermano, así que avanzando hasta el escritorio del comisario, le miró interrogante.

>>—Espere —ella le vio suspirar con hastío—. Solo quiero preguntar esto, ¿tal vez... odia a las mujeres?

>>—¿Qué dijiste? —preguntó el nian ladeando la cabeza confundido.

>>—Quiero decir... bueno... ¿no te gustan las mujeres? ¿Por eso las odias...?

>>Li Chen desvió la mirada sintiendo como si le hubieran golpeado el estómago, entonces, respirando hondo, se comenzó a acercar a aquella joven la cual, abriendo los ojos, retrocedió hasta que el perchero a su espalda no le dejó más espacio que ganar.

>>—Lamento no cumplir con tus expectativas —dijo él—, a mí... las mujeres me gustan mucho —Li Chen se acercó aún más provocando que ella desviara la mirada con el rostro colorado por la repentina cercanía—. Realmente me gustan. Es solo que... —él se cruzó de brazos y alzó el mentón en actitud estoica—, no estoy especialmente interesado en ti, particularmente.

>>Isobel le miró sintiendo que el calor en su rostro se convertía en hielo en el acto y, soltando un resoplido, dirigió la peor de sus miradas hacia él... Definitivamente, a ese hombre... ¡le odiaba!

>>—¿Puedes dejar mi oficina ahora? —dijo entonces Chen dando la media vuelta aún con los brazos cruzados sobre el pecho.

>>Apretando los dientes, Isobel respiró hondo, colocó las manos en la cintura y se giró hacia él.

>>—¡Oye! —exclamó. Al instante la expresión de aquel hombre se tensó, había puesto sus manos en el borde del escritorio y, con lentitud, se enderezó con expresión molesta mientras se giraba hacia ella. Forzándose a ignorar aquello, Isobel agregó—. Déjame darte un consejo ya que amas tanto a las mujeres —Li Chen había cerrado los ojos como si intentara calmarse—. ¡Debes cambiar tu personalidad! ¡Nadie querría estar con alguien tan delicado y sensible!

>>—Nunca te pediré que te agrade, así que está bien. No tienes que preocuparte.

>>—¡¿Quién está preocupada?! —exclamó ella fingiendo una carcajada—. ¡Será mejor que limites tus comentarios!

>>—Señorita Isabel Bovary, por favor, no tengo tiempo para seguir en esto. Tengo que encontrar los documentos para el fiscal...

>>—Mi nombre es Isobel Bavory... ¡¿De acuerdo?! ¡Es Isobel Bavory! —gritó ella con lágrimas en los ojos y saliendo de la oficina dando un fuerte portazo al salir.<<









Ya habían pasado días... sí, días desde aquel momento, y de verdad ella misma se sorprendía que hubiera estado yendo a trabajar todo el tiempo tras aquello, el problema era que... no era diferente a una estampa en el asiento tras el escritorio, Li Chen parecía haber estado muy ocupado en el último tiempo y, cuando aparecía en la estación, ni siquiera le miraba... simplemente le estaba ignorando...

La legión del Caos (Temporada 4) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora