Capítulo 61: Nuestro recuerdo.

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"Los hilos invisibles son los lazos más fuertes".

Friedrich Nietzsche.

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Sede de Sion – distrito sur (20 de julio – 08:00 a.m.):

Saludando al paso a Jenia Halliwell que iba en dirección contraria con un gran grupo de carpetas entre los brazos, Eowyn ingresó a la sala de coordinación y, al tiempo que acomodaba su cartera en un respaldo de la silla y el teclado de la computadora ante ella, elevó los ojos hacia aquel espacio entre su oficina, el pasillo y la sala de Casos sin Resolver, la oficina de Ian estaba vacía, de hecho no se veía ninguno de los miembros del equipo, seguro estaban en alguna reunión o algo por el estilo...

Sonriendo con nostalgia, ella tomó asiento y encendió el computador... Había pasado tiempo en verdad desde que había estado ahí...

Las cosas se habían comenzado a desarrollar de una manera para nada planificada, desde que había comenzado a salir con Ian habían tenido tan poco tiempo para estar juntos que casi era como si nada hubiera cambiado: ocupados hasta el cuello con trabajo administrativo, la desastrosa condición de Ian por acción de Amaranta y su repentina solicitud desde Administración para irse a la sede en Manhattan por "eventos relacionados con intercambios culturales", habían reducido a un tiempo ridículo su noviazgo... Ah... y en eso no entraba su propio compromiso consigo misma... Desde lo sucedido esa noche en que la condición de Ian había dado un vuelco de 180°, ella se había prometido una meta y así lo había llevado en el más completo silencio... Y ahora que regresaba al medio que había dejado hacía unas semanas, limitándose a visitas fugaces y llamadas telefónicas, el saber que volvería a encontrarse con él le producía un doble sentimiento... Por un lado estaba ilusionada de volverle a ver el rostro y sentir su cercanía y, por otro... sentía la culpa de estar haciendo algo a sus espaldas...

No obstante, era algo que necesitaba hacer de lo contrario creía que enloquecería... Pero... ¿dónde estaba Amaranta? Desde aquella vez parecía haberse esfumado en el aire...

Y entonces algo más pasó, algo que dentro de todo lo sucedido había pasado por alto, retornó en forma de un mensaje de texto... Con la vibración del equipo, Eowyn miró la pantalla del celular y sintió una punzada en el pecho... Era un texto de Jackson Belmont...

"Tras el concierto de libros supongo que ambos hemos estado muy ocupados... sin embargo, esa no es excusa... Actué precipitadamente ese día y te puse en una situación incómoda. Me siento mal por ello. Pasaré por la sede en la tarde. Hablemos un tiempo".

Ella apretó los labios y respiró hondo... se sentía mal por muchas razones en ese instante, y entre ellas por haber olvidado ese asunto, sabía de la rivalidad y animosidad entre Ian y su primo, aún si no conocía las razones tras ello, era un hecho indiscutible que Jackson se le había declarado en medio del Concierto de Libros y en frente de decenas de personas... y entre ellas, había estado Ian...

Eowyn suspiró y se reclinó en la silla, extendió las manos en el teclado y se miró los nudillos, por varios segundos su mente divagó sin rumbos hasta que una forma esbelta le hizo volver a la realidad, poniéndose de pie de golpe, sonrió muy recta hacia quién estaba ante ella, con las manos en los bolsillos y su cabello negro siempre revuelto al muy estilo del Joven manos de Tijera, Antoni Batista le devolvió la sonrisa sumada a una inclinación de cabeza.

—Es raro verlo aquí, señor —comentó la arconte—. ¿Necesita algo para el equipo de Cibercrimen?

—Supongo que no estás enterada... —aquel hombre lobo miró en dirección hacia casos sin resolver y luego, dirigiendo sus ojos amarillos hacia la joven, le volvió a sonreir de manera traviesa.











La legión del Caos (Temporada 4) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora