La legión del Caos (Temporada 4) [Eldarya]

Capítulo 81: Tras la lluvia.

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"Un sabio dijo una vez: puedes tener lo que quieras si sacrificas todo lo demás. Lo que en verdad  quería decir, es que no hay nada que no tenga un precio, así que antes de luchar más vale que pienses lo que quieres perder. A menudo si se nos elige a nosotros y no al contrario, el puede ser mayor de lo que podemos soportar."

Edgar Perdomo Arzola 

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Línea Azul del metro – estación Massachusetts con Lincoln Park (viernes 2 de octubre – 14 horas):

Sentado en una de las bancas de espera dentro de la plaza del metro, Ángelo cambió la pista de la canción en su celular y luego se acomodó los audífonos de cascos en los oídos, con eso, alzó la mirada hacia el frente viendo pasar de un lado para otro a aquellos que dejaban el metro y, en sentido contrario, aquellos que bajaban las escaleras en dirección a ello. Respirando hondo, hundió las manos en los bolsillos de su abrigo y se centró en un calado de las plaquetas de concreto que formaban la plaza. Se quedó quieto, en silencio, escuchando la canción que llegaba a él, una persona se acercó a la máquina dispensadora de refrescos que estaba a un lado de la banca y pidió unas cuatro latas de gaseosas, luego se fue trotando para reunirse con sus tres amigos que ya se paraban ante las compuertas para ingresar al vagón en cuanto el próximo tren llegara. Ángelo les vio de reojo reír, conversar animadamente mientras abrían las latas de bebidas, uno decía, tras dar el primer trago, que se le congelaba el cerebro... tras eso aquellos volvían a reír... No obstante, rápidamente, para Ángelo los sonidos comenzaron a opacarse, no por la música que escuchaba, sino porque su propia mente dejaba de estar atento a todo lo que sucedía a su rededor...

>>—De acuerdo... está bien... —dijo Ian alzando una mano y acariciando el cabello de Alphonse—, puedes quedarte tranquilo, esto no se va a volver a repetir...

>>—Señor Ian...

>>—Eres mi hijo ahora, ¿lo recuerdas? —sonrió él cogiendo las mejillas de Alphonse con ambas manos—, y como tu padre voy a protegerte, ¿está bien?<<

>>Apoyado contra el mueble de la sala de laboratorio, Ángelo respiró hondo un par de veces, crispando las manos una y otra vez, intentó calmarse... Respiró hondo y se llevó ahora la diestra al pecho... y se retrajo... aún tenía manchas de sangre en su corbata escolar... Cerró los ojos intentando contener el llanto y... entonces lo recordó... Enderezándose, aún sentado en el suelo, sacó su celular y abrió la tapa, luego sacó del otro bolsillo de su pantalón la tarjeta de aquel detective y llamó...

>>—Descubrí lo que estaba buscando el culpable... En un collar, lo recogí en el patio. Está en el bolsillo de la chaqueta que le llevaron. Claramente lo escuché al teléfono diciendo que él estaba buscando ese collar. Ahora podemos encontrar al culpable, ¿cierto?

>>—"Sí, estaba a punto de llamar" —le respondió Ian al otro lado de la línea—. "¿Dónde estás? Iré y te buscaré"

>>—Está bien.

>>—"No puedes estar solo. ¿Dónde estás?" —apretando los labios, Ángelo miró en rededor, la noche se había vuelto azulina gracias a la luna llena—. "Estás en la escuela, ¿eh? ¿Cierto? Ya voy para allá... me tomará alrededor de 30 minutos... No vayas a ningún lugar y espera por mí, ¿está bien, Burke?"