La legión del Caos (Temporada 4) [Eldarya]

Capítulo 82: Estaba advertido. Parte I.

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"No tardé en descubrir que me estaba acostumbrando a sentirme feliz e infeliz a la vez, como si ese fuera el inevitable nuevo estado de mi vida".

La niña perdida - Elena Ferrante

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Llovía... estaba lloviendo con mucha fuerza, pero sin viento ni ningún otro elemento climático en juego, todo parecía, en medio de aquel sitio baldío, en paz. La hierba se mantenía en alto, el agua se escurría describiendo espirales graciosos... y aquel espacio de tierra removida... era interrumpida por un elemento que, en ese espectáculo aparentemente normal, estaba a todas luces fuera de lugar...

En medio de aquella zona fangosa de tierra excavaba y agrupada en un mismo punto, sobresalía una mano... La lluvia seguía cayendo, seguía acumulándose y seguía escurriendo el lodo, de pronto aquella mano se movió imperceptiblemente, luego lo hizo con más urgencia, hasta que comenzó a alzarse en busca del espacio abierto, pronto se vio su muñeca, el reloj en ella y más del antebrazo. Aquella mano, desesperada, comenzó a tantear la zona a su rededor y, con fuerza comenzó a luchar con el peso del fango... intentando con todo de sí ser el ancla que su dueño requería para poder librarse de aquella prisión bajo la lluvia...

Y entonces él emergió...

Ian, bajo esa lluvia intensa abrió la boca en una gran bocanada intentando llenar sus pulmones de oxígeno, escupió el fango que había entrado hasta su garganta y, después de sentir sus pulmones liberados, comenzó a luchar nuevamente contra la tierra que lo succionaba para poder salir de ese entierro... Gritó con fuerza en su resistencia de volver a esa oscuridad, y empujó y luchó hasta que al fin pudo salir del lugar en donde había sido enterrado... Ahí se enderezó lentamente, temblando aún por el esfuerzo y el frío, miró hacia lo alto y en rededor, intentando poner en orden sus pensamientos... intentando recordar cómo había llegado ahí... Y mientras seguía respirando con fuerza, dirigió la mirada hacia las luces de la ciudad que se veían a lo lejos en el horizonte...

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Thomas Circle -11th Street Northwest con la M St. NW (martes 22 de diciembre – 09:15 a.m.):

Deteniendo el camaro en la entrada de aquella casa de tres pisos de estilo industrial, Ian giró la mirada hacia el patio exterior notando un camión de mudanzas a un costado y docenas y docenas de cajas alineadas en el suelo, arrugando el entrecejo por la posible situación que eso significaba, se bajó del auto y se encaminó hacia el lugar sobre el camino de gravilla.

Por otra parte, saliendo de la casa con una caja entre las manos, aquel joven de cabellos rojos se encaminó hacia el camión, no obstante, a pocos pasos de él, se detuvo dejando aquel paquete en el suelo, resoplando, quitó la cinta de embalaje y miró el contenido.

—Él debería separar los libros de las otras cosas... —replicó apuntando los objetos en el interior de la caja, tras suspirar, se enderezó apoyando las manos en la espalda baja, comenzaban a dolerle los músculos tras tanto tiempo haciendo lo mismo—. Le falta atención a los detalles...

—¡Hey!

El joven pelirrojo se giró y miró hacia el camino de gravilla, Ian Blackfield se acercaba mirando en rededor con curiosidad.