La legión del Caos (Temporada 4) [Eldarya]

Capítulo 25: Una ciudad a ciegas. Parte I.

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"Entre la fe y la incredulidad, un soplo. Entre la certeza y la duda, un soplo. Alégrate en este soplo presente donde vives, pues la vida misma está en el soplo que pasa".

Omar Jayam

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Centro comercial Mazza – 3er nivel (lunes 30 de marzo – 09:00 a.m.):

Uno de los tantos transeúntes que avanzaban por los pasillos, terminó alzando la mirada de su celular y miró con sorpresa a aquel que frente a un cajero automático, dejaba caer un fajo de dinero en el interior de un bolso... notando luego que aquel le miraba de soslayo, el transeúnte aceleró el paso sintiéndose intimidado.

Stanley Young volvió a mirar el cajero, acomodó aquel nuevo grupo de billetes y, tras asegurarlos con una liga elástica, las dejó caer en el bolso ya lleno con los cientos de miles de dólares que había girado desde aquella cuenta bancaría. De pronto sintió su teléfono vibrar, lo sacó y miró la pantalla, su hermana le llamaba nuevamente, resoplando hastiado, bloqueó la pantalla ignorando esa llamada y siguió llenando el bolso con el dinero.

Al mismo tiempo, Madison, tras la caja registradora de la cafetería Dolcezza, bajó su celular y miró a las personas que tenía ante ella al otro lado del mesón.

—Lo siento... no está contestando...

—Debe de haber pensado que estábamos detrás de él —comentó Flavio.

Eowyn, asintiendo, se giró hacia Gabriela Messina que estaba con ellos tomando notas sin perder nada y le apuntó.

—Realiza un seguimiento de todas sus llamadas y registros de tarjetas de crédito.

—De acuerdo —asintió la novata ante la mirada angustiada de Madison.

—Si no resulta, ponlo en la lista de sospechosos.

—Detectives... —dijo entonces Madison saliendo detrás del mesón y acercándose a ellos—, ¿lista de sospechosos? Mi hermano no hizo nada malo...

Eowyn apretó los labios e intercambió una mirada con Flavio, lo sentían por aquella joven pero... su segundo hermano estaba en una muy mala situación...

Buffet The Law Offices of Duane O. King – Barrio Capitol Hill (09:30 a.m.):

Ludwik Nowak salió del ascensor y avanzó por el corredor con su tenida impecable y maletín en mano, con una gran sonrisa saludó a las secretarias del mesón y siguió adelante en dirección a su oficina, pero la segunda de las secretarias se puso de pie llamando su atención al informarle que había un cliente esperando por él.

—¿Un invitado? —el muroni cotejó la hora en su reloj de pulsera—. No tengo citas hoy.

—Es un cliente nuevo, nunca había venido antes.

Ludwik asintió e ingresó a su oficina, tras cerrar la puerta a su espalda, vio sentado en un sillón a un joven quizás en sus veintitantos, tenía un bolso negro sobre las piernas de la cual estaba abrazado, camiseta deslucida, zapatillas gastadas y una gorra de estampado militar en la cabeza, además tenía algunas heridas en la frente y un parche en el costado derecho del cuello... Un joven de claro origen humilde.

—Deme unos segundos, vuelvo enseguida... —Ludwik volvió a salir y se acercó a la secretaria—. ¿Es un pro bono*?

—No, no lo es —negó la joven.