Capítulo 39.

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Me acosté en el piso, mirando las hojas del Sauce Llorón con una sonrisa. Se movían en un suave baile sofisticado. El sol estaba en su punto más alto.

—Oye, Malfoy —pronuncié, aun mirando las hojas—. ¿Por qué no me habías contestado mis cartas durante el verano? Te mandé unas 10.

—No estaba de humor para hablar con nadie —me respondió él con un resoplido. Su voz sonaba ronca, como si hubiera llorado. Fruncí el ceño por esto.

—¿Estás bien? —quité la mirada de las hojas para mirar su perfil. Tenía un perfil bastante bonito. La nariz recta, las pecas adornando parte de sus mejillas, sus pestañas largas...

—Rompimos.

Abrí mi boca en una perfecta "o" y quité la mirada de él.

—Lo siento mucho. Hacían linda pareja.

Él sonrió de forma triste.

—Sí, pero no importa. De todas formas, no íbamos a funcionar. No podía casarme con ella, sigue siendo hija de muggles. Me siento hasta un poco más... libre. Ese secreto me estaba matando.

Arrugué la nariz —yo no me quiero casar.

Él arqueó una ceja.

—¿Ah, no?

—No. ¿Para qué? Estaré entregando todo de mí a un hombre que probablemente no lo merezca. Dejaré mi apellido, mi fortuna pasará a ser de mi esposo... No quiero eso. Es como si me estuviera vendiendo a un hombre.

—No te quieres casar con Potter —dijo él. No fue pregunta, fue una afirmación. Yo asentí—. Qué alivio. "Jade Potter" no suena bien.

—¿Y cómo suena bien? —pregunté con burla—. ¿Con tu apellido?

Él no dijo nada por unos momentos. Sus ojos grises resplandecieron cuando dijo:

—"Jade Malfoy" Suena increíble.

—Me gusta más "Jade Brown" —sonreí—. Si me llego a casar, mantendré mi apellido y mi dinero. Sólo lo haré porque amo mucho a esa persona y quiero que estemos legalmente juntos.

Nos quedamos en silencio por un rato, hasta que yo me atreví a preguntar:

—¿Cómo... cómo es que te enamoraste de ella?

Él frunció el ceño.

—No lo sé. Me había agradado en primer año, cuando vi su ambición por ser la primera en la clase. Me gustó ver lo competitiva que era, aunque no lo demostrara. En segundo me dije a mi mismo "No, es una sangre sucia" y hasta se lo grité en la cara.

—Eres un idiota —rodé los ojos, pero él me ignoró y siguió con su historia.

—En tercer año nos acercamos bastante. Nos hicimos casi amigos y todo, aunque ella me golpeó —sonrió con nostalgia—. Su inteligencia me atrajo mucho y no sé por qué. Además, es hermosa. Entonces no sé, ella una tarde en la biblioteca comenzó a hablarme de algo sobre Dioses Griegos o algo de Mitología muggle, y fue en ese momento que me enamoré, supongo. En cuarto ya nos hicimos novios.

—¿Y por qué rompieron? —pregunté, rodando sobre mí misma y quedando boca abajo con los codos levantando un poco mi torso y así verlo mejor. Él seguía tirado en el pasto, observando las hojas.

¿Qué? Ya empezó a contar el chisme, debía saberlo todo.

—Ninguno de los dos sentía lo mismo —respondió él—. A ella le gusta Weasley.

—¡¿Fred?! ¡¿O George?! —pregunté boquiabierta. Él se echó a reír.

—¡No, estúpida! Ron Weasley. La comadreja, mejor amigo del cara rajada.

Monamour. |Draco Malfoy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora