Monamour. |Draco Malfoy|

Capítulo 51.

¡Hola! ¡Bienvenidos! Soy Jadounette Brown y el día de hoy seré su guía. Preparen sus bebidas y comidas, a continuación les daré un pequeño recorrido por la familia.

Comencemos por los mayores, Lourdes y Kevin Guzmán. Ellos son mis abuelos. Vendrían a ser los creadores de casi todo este caos de familia que tengo.

Seguimos por Alejandro y Carolina. Ellos tuvieron tres hijos: Carla, que es un año mayor que yo, Alex, que es de mi edad, y Oliver, que es un año menor que yo.

Luego vamos por el mayor de los gemelos, Jorge, y su esposa, Ariana. Ellos tuvieron dos hijos: Ricky, de mi edad, y Martín, dos años menor que yo.

Seguimos por el menor de los gemelos, Andrés. Él se casó con Linda, y tuvieron a Piper, de mi edad también.

Los gemelos nacieron con un minuto de diferencia, lo que los ubicó en días diferentes. Es decir, Jorge nació a las 11:59 del 14 de octubre y Andrés a las 12:00 del 15 de octubre.

Después, por orden cronológico, vendría mi madre, Laura, que se casó con Manuel y me tuvieron a mí.

Después está Alexis, que no se casó.

Javier y su esposa Raquel, los cuales tuvieron a la pequeña Alexa de dos años, la cual acabo de conocer hace unos pocos minutos.

Y por último Lana, la cual se casó con Samuel. Ellos no tuvieron hijos.

Extra: el padrino Wilson y los hermanos de la abuela Lourdes, junto a sus hijos y los hijos de sus hijos.

Si me pongo a nombrarlos a todos, me volveré loca.

—Jadounette, pareces desnutrida —me regañó mi abuela. Su inglés no era tan bueno, pero era entendible.

—Deja quieta a la niña, Lourdes —le dijo mi abuelo a mi abuela. Me miró con una sonrisa y me dijo, alargando la "e": —hola, mija. ¿Me entiendes?

—Sí, abuelo —le respondí. Mi acento no era tan atractivo como el de ellos, pues yo no era hispana ni nativa ni nada de eso, pero al menos podía mantener una conversación con ellos.

—¡Prima! —exclamó Carla apenas me vio. Me dio un fuerte abrazo y besó toda mi cara, cosa que me hizo reír—. Te extrañé mucho. Las cosas en Ilvermorny no son tan divertidas sin ti.

—Yo también te extrañé, prima —le respondí. Ella sonrió y miró a mi acompañante. Sus ojos marrones repasaron con la mirada a Draco y, sutilmente, me preguntó:

—¿Y ese quién es?

Rodé los ojos. —Draco.

—Sí, sí, pero... —insistió, haciendo gestos exagerados con las manos.

—Mi amigo.

Ella soltó todo el aire con frustración y me jaló del brazo a la otra habitación. —Que si está soltero, Jadounette. A veces eres tan lenta...

—Ah —exclamé y la miré mal—. Búscate a un estadounidense, Carla.

—Ellos son muy aburridos —suspiró ella con lástima.

—¡DONNIE! —gritó alguien más. Volteé y vi a Piper. Su hermoso cabello lacio y larguísimo volaba a todos lados por el viento que soplaba la ventana—. ¡DONNIEEEEE!

Piper se lanzó sobre mí y enrolló sus piernas en mi torso. Yo la sujeté contra mí con fuerza mientras me reía.

—¡PIPEEER!

—¿POR QUÉ ESTAMOS GRITANDOOOOO?

—NO LO SÉEEEE

Ella se bajó de encima de mí de un salto y me dio una nalgada, mordiéndose los labios.