Capítulo 76.

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A ver, yo estaba preparada para muchas cosas en mi vida, pero no para darle una noticia como esa a Draco. Dumbledore parecía estar vengándose de mí por intentar matarlo, maldito viejo hijo de su...

El caso es que esa noche cuando fui hacia el Sauce Llorón estaba realmente pensativa. ¿Cómo decirle a tu mejor amigo que es un mortífago que debe matar a su "jefe" ya que así lo cita una profecía y, además, su mejor amiga y su enemigo también son parte de esta?

Dumbledore siempre dejándoles el trabajo sucio a los demás.

¿Era un especie de karma por lo de Slughorn y Rosmerta? Quizás.

Fui dando tumbos y maldiciendo en voz baja a Dumbledore. Me salieron algunos insultos realmente creativos, incluso utilicé algunos que mamá solía decirle a papá cuando peleaban.

Cuando llegué a orillas del Lago Negro y Draco me miró con ojos entornados al hablarle sobre mi no muy agradable charla con Dumbledore, me di cuenta de que el viejo ese me dio esta "misión" sólo porque no quería tener que lidiar con un adolescente de 16 años llamándolo loco de remate.

—¡Que no estoy loca! —exclamé con exasperación.

Él bufó. —estás jodiéndome.

—No, Draco, no.

—¡¿Cómo...?!

—Yo también estaba muy confundida, pero todo tiene sentido —lo interrumpí. Él apretó los labios—. El cáliz, la sangre, que intentaran matarnos... todo es por esa profecía.

Él no me creyó.

—¡Que te digo la verdad!

—Estás... estás demente —se carcajeó él.

—Podemos ir a donde Dumbledore —dije, torciendo el gesto—. Él te lo puede confirmar, verás que no estoy loca.

—¿Por qué debería creerl...?

No terminó la frase y supe por qué. Dirigió su mirada a su antebrazo izquierdo, e inconscientemente yo hice lo mismo. La marca me estaba ardiendo. Quise arremangarme la camisa para ver si estaba negra, pero no podía hacerlo, claro. Me quedé súper ensimismada mirando mi brazo. ¿Voldemort nos estaba llamando? ¿O había matado a alguien? Si nos estaba llamando, no podía aparecerme así como así. No, dudo que nos estuviera llamando... él sabía que Draco y yo no podíamos aparecernos, no porque no supiéramos, estaba segura de que durante el verano a él también le enseñaron a aparecerse, sino porque dentro de Hogwarts no podíamos aparecernos. Entonces, ¿habrá matado a alguien? ¿Quién habrá sido?

El dolor era casi insoportable. Quería agarrarme el brazo y estrujármelo para ver si así el dolor disminuía. Una ráfaga de viento nos sacudió, y eso alivió brevemente la quemazón.

Salí de mi ensimismamiento y miré a Draco, pero me quedé con la respiración atascada en mi garganta al verlo entornar los ojos y pasear su mirada de mis ojos a mi antebrazo izquierdo.

Tranquilízate, te estás viendo muy sospechosa, susurró una voz dentro de mí; es muy improbable que él se dé cuenta con una simple mirada.

Nunca subestimes la astucia de Draco Malfoy, replicó otra voz.

—¿Por qué te miras el brazo? —preguntó él.

—Tú te miraste el brazo también —repliqué yo, intentando mantenerme neutral—. El viento me puso la piel de gallina —a eso le agregué una pequeña risita.

Sí, Draco no es tonto. Hundió las cejas.

—¿Te miraste el brazo porque tienes frío? —preguntó con suspicacia.

Monamour. |Draco Malfoy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora