Capítulo 63 (parte 2)

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—¡Miren! —dijo Neville, horrorizado.

Estaba mirando la cabeza del mortífago en el frasco. Los tres alzaron sus varitas otra vez, pero ninguno de ellos atacó: estaban mirando fijamente, con la boca abierta, espantados, a lo que le ocurría a la cabeza del hombre. Se estaba reduciendo muy rápido, volviéndose más y más calvo, su pelo retrayéndose en su cabeza; sus mejillas volviéndose suaves, su cabeza redonda y cubierta por una pelusilla como la de un melocotón... Una cabeza de bebe se asentaba ahora de forma grotesca sobre el grueso y musculoso cuello del mortífago mientras luchaba por ponerse de nuevo en pie; pero mientras miraban, sus bocas abiertas, la cabeza volvía a recuperar sus proporciones, el pelo negro volvía a surgir...

—Es el Tiempo —dijo Hermione pasmada.

El mortífago sacudió su cabeza, tratando de aclararse, pero antes de que pudiera recomponerse su cabeza volvía a reducirse a la de un bebe una vez más... Alguien chilló en una habitación cercana, después un fuerte sonido y un grito.

—¿RON? —gritó Harry, apartando su vista de la monstruosa transformación que ocurría ante ellos—. ¿GINNY? ¿LUNA?

—¡Harry! —gritó Hermione. El mortífago había logrado sacar su cabeza del frasco. Su aspecto era absolutamente extraño, su pequeña cabeza de bebe balbuceando ruidosamente mientras sus gruesos brazos se agitaban peligrosamente en todas direcciones, casi dándole a Harry, que se había agachado. Harry levantó su varita, pero para su sorpresa Hermione le detuvo.

—¡No puedes hacerle daño a un bebe!

No había tiempo para discutir; Harry podía escuchar pasos acercándose desde la Sala de la Profecía y se dio cuenta, demasiado tarde, de que no deberían haber gritado y revelado así su posición.

—¡Vamos! —dijo, y dejando al horrible mortífago con cabeza de bebe tambaleándose tras ellos salieron por la puerta que permanecía abierta al otro lado de la habitación, que llevaba al pasillo oscuro.

Llevaban medio camino recorrido cuando Harry vio a través de la puerta abierta a dos mortífagos más corriendo a través del pasillo oscuro hacia ellos; virando a la izquierda se metió en una pequeña, oscura, desordenada oficina y cerró la puerta.

Collo... —comenzó Hermione, pero antes de que pudiera completar el hechizo la puerta se abrió y los dos mortífagos entraron.

Con voz triunfal ambos gritaron: "¡IMPEDIMENTA!" Harry, Hermione y Neville fueron lanzados de espaldas, Neville cayó tras una mesa y desapareció de vista; Hermione chocó contra una librería y rápidamente quedó cubierta bajo una cascada de pesados libros; la cabeza de Harry golpeó contra el muro de piedra, pequeñas luces ardían ante sus ojos y por un momento estaba demasiado mareado y perdido como para reaccionar.

—¡LOS TENEMOS! —gritó el mortífago más cercano a Harry—. EN UNA OFICINA DE...

—¡Silencio! —gritó Hermione y la voz del hombre se extinguió. Continuó moviendo la boca bajo su máscara, pero ningún sonido salía de ella. Su compañero mortífago lo empujó a un lado. "¡Petrificus totalus!" lanzó Harry, mientras el segundo mortífago alzaba su varita. Sus brazos y piernas se juntaron al cuerpo y cayó de frente, justo ante los pies de Harry, tieso como una tabla e incapaz de moverse.

—Bien hecho, Ha... —Pero el mortífago que Hermione acababa de dejar mudo hizo un rápido movimiento con su varita, y algo que parecía una llama morada atravesó el pecho de Hermione.

Ella soltó un pequeño "¡Oh!" como sorprendida y se derrumbó sobre el suelo, donde quedó inconsciente.

—¡HERMIONE! —Harry cayó de rodillas al lado de ella mientras Neville se arrastró rápidamente hacia ella desde la mesa, con su varita levantada ante él.

Monamour. |Draco Malfoy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora