Capítulo 90.

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Tres golpes en la puerta de la habitación de Draco lo hicieron salir de su lectura. Puso el marcador de mala gana y abrió la puerta con irritación, pero esta desapareció casi inmediatamente de su sistema al ver a Jade.

—¿Puedes abrazarme? —preguntó ella, levantando la mirada. Tenía los ojos rojos, vidriosos y la voz compungida.

Draco no lo pensó dos veces y la jaló hacia dentro del cuarto, abrazándola fuerte. Jade hundió la cara en el pecho del chico y dejó descansar sus brazos alrededor de su cintura, oliendo su perfume y evitando llorar. Cuando se separaron, ella fue a sentarse a su cama y él cerró la puerta.

—¿Qué te sucedió? —inquirió Malfoy, mirando atentamente a Jade.

Ella comenzó a relatarle toda la pelea con su padre, la cual fue la más fuerte que tuvieron hasta ahora. Hubo un momento en el que ella hizo una mueca de dolor al mover el brazo y le mostró los dedos de Manuel marcados a lo largo de su brazo, como si la hubiera agarrado demasiado fuerte. Se quitó el maquillaje y Draco observó con horror una aureola morada en su pómulo, muy cerca de su ojo. Para agregarle algo más lamentable al estado de Jadounette, ella relató las palabras exactas de su padre, las palabras que hicieron que ella se fuera a la mansión Malfoy.

—Lo siento si hablo mucho sobre mí —se disculpó ella, sin poderlo evitar, sintiéndose desnuda ante la mirada de Draco que se paseaba por sus morados.

—Nunca te disculpes por eso —susurró él, y la atrajo otra vez hacia su pecho—. Lamento que tu padre nunca te haya amado.

A Jade se le escaparon unas lágrimas otra vez y suspiró.

—Supongo que tengo que elegir ahora.

—No elijas —susurró Draco.

—¿Y qué se supone que debo hacer entonces? Es sencillo: voy a Hogwarts, o él se asegura de mantenerme presa en el sótano de la mansión.

—Iré a Hogwarts contigo —declaró Draco—. Ya no aguanto las peleas entre mi tía y mi papá por quién es dueño de la casa, ni que este siempre se vea como un fracasado social y me insista en que haga cosas para quien-tú-sabes. Además, de todas formas, ahora es obligatorio que vayamos.

—Lo siento mucho —susurró ella, abrazándolo otra vez.

—Estoy acostumbrado.

—No deberías acostumbrarte a lo malo, porque después llegan cosas buenas y no crees merecerlas.

—Creo que tú eres esa cosa buena que no merezco.

—Oh, yo no soy lo suficientemente buena. Tú te mereces el universo entero.

Ambos se sonrieron, pero esa sonrisa no duró mucho tiempo en el rostro de ninguno. Los mortífagos habían matado al ministro de magia, lo que significaba que el ministerio había caído: Voldemort ya estaba totalmente infiltrado en él. Nombraron a Snape como director de Hogwarts, lo que significa que también se infiltraron en el colegio; era por esa razón que Manuel quería que Jade fuera a Hogwarts.

"—¡Me van a comer viva! —había exclamado ella.

Él, con tono indiferente, dijo:

—Te las arreglarás."

—Algún día... —susurró Jade—...algún día huiré de este lugar. Me iré muy lejos, a un sitio donde nadie sepa mi nombre.

—¿Puedo huir contigo?

Ella sonrió y asintió con la cabeza.

—Compraremos una casa en la playa solamente para nosotros dos, una casa en donde no habrá violencia intrafamiliar y podremos ser nosotros mismos, ser felices —fantaseó ella, y los ojos le brillaron—. Cuando me gradúe no volveré a esa casa.

Monamour. |Draco Malfoy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora