Capítulo 54.

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—Entonces ella dijo que me reprobaría. ¡Todo por culpa de Eliot! Lo odio tanto... —contó Carla, mientras se metía un puñado de papas a la boca.

Piper y yo nos miramos al mismo tiempo y gritamos:

—¡¡¡SERÁN NOVIOS, SE AMAN!!!

—Dejen de tirarme la mala —nos reprendió la mayor y nos lanzó una almohada.

Estábamos en plena pijamada, sentadas en el piso con un montón de almohadas y los dulces. Nos habíamos peinado y maquillado e hicimos todas esas mierdas que hacen las chicas de las películas de los 70's y 80's en las pijamadas. Aunque le añadimos nuestro propio toque. Carla sí podía hacer magia fuera del colegio, así que añadió a su habitación un hechizo que evitaba que el ruido que hiciéramos se escuchara en la casa. Además, una gran pantalla para ver películas adornaba la pared de la izquierda, y teníamos luces fluorescentes de todos los colores flotando en el techo. Habíamos reducido la luz del cuarto, así que no quedábamos completamente a oscuras, pero tampoco muy iluminadas.

—Jadounette, ¿crees que tu amigo rubio estaría dispuesto tener algo conmigo?

Puse los ojos en blanco ante la insistencia de Carla con ese tema. —¿nunca dejarás de intentar tener algo con Draco, no?

—Mientras siga estando tan bueno como está, no.

—Eres una asquerosa.

—Y tú muy celosa. Como se nota que te encanta.

Me carcajeé ante eso y le pegué con una almohada.

—Oigan, conseguí mi película favorita —anunció Piper, alzando un disco con la portada de la película "Grease"

Nos pusimos de acuerdo para verla. Nos acostamos las tres en la cama y reproducimos la película. Yo me estaba comiendo mi frasco de Nutella, cuando el teléfono sonó. Fui casi corriendo a contestarlo, cosa que hizo que mis primas se rieran.

¿Hola? —dijo una voz masculina a través de la línea.

Sonreí ampliamente. —Hola.

¿Leslie? ¡Hola! ¿Cómo estás?

Hola, Adam —me reí—. Bien, ¿y tú?

Bien. Disculpa que te haya llamado a estas horas de la noche, es que no me aguanté.

Está bien, justo ahora estoy en una pijamada con mis primas, así que no me agarraste dormida.

Qué suerte —se escuchó un suspiro al otro lado—. Bueno, sólo era eso. Que descanses, Leslie.

Tú igual, Adam. Buenas noches.

Buenas noches.

Colgué la llamada y miré con emoción a mis primas.

—Era Adam.

—¡¿De verdad?! —chilló Carla sarcásticamente—. ¡Ni en un millón de años lo hubiéramos averiguado!

—Ay, ya —giré los ojos y me acosté junto a ellas—. Es muy amable y guapo, normal que me emocione.

—Sí... Donnie, no quiero sonar mala ni nada, pero... —Piper suavizó el tono de voz y me miró de reojo—. ¿Crees que está bien? Quiero decir, sabes que a todos en la familia nos importa un carajo que tengas una amistad con un nomaj o que salgas con uno inclusive, pero tu padre es de esos sangre pura obsesivos con que te cases con alguien sangre pura también...

—No me casaré —declaré.

—Y eso está bien, pero, ¿vas a tener en cuenta lo que te digo?

Fruncí los labios.

—De verdad, Donnie, no queremos verte mal —dijo dulcemente Carla esta vez—. No está nada mal que tengas una amistad con alguien nomaj, pero intenta que tu padre no lo sepa. No quiero ni imaginarme lo que te haría...

—Como lo del incidente de segundo —se estremeció Piper.

Cuando estaba en segundo, en una de las vacaciones, yo fui a casa. Me había estado juntando con un chico hijo de muggles que me había caído muy bien, y él me envió una carta. Mi padre la leyó, y al enterarse de que era hijo de muggles, me dio "una lección" para que aprendiera a no juntarme con personas inferiores a mí, como lo eran los sangre sucias. Cuando fui al colegio otra vez, todavía tenía uno de los pómulos morados y el ojo verde. Por eso mismo él no sabía que yo hablaba con Hermione Granger.

—Tienen razón. Lo mantendré en secreto.

Ellas sonrieron y me abrazaron. Después de unas horas, logramos quedarnos dormidas.

(...)

—Adivinen a quién se le ocurrió la genial idea de ir al parque de diversiones —dijo la tía Lana mientras entraba a la sala—. Exacto, a la mejor tía de todas.

—¡JA! Puedes soñar con el puesto todo lo que quieras —le guiñó un ojo Raquel.

—Ni te topo —rodó los ojos Lana—. En fin, como les decía, hoy en la noche iremos al parque de diversiones.

—¿Tienes dinero? —preguntó Alexis con sorna.

—Más de lo que tú tienes, sí.

—¡Genial! —exclamó Alex—. Pero tengo hambre.

—¿Cómo es que tienes hambre si comimos hace como dos horas? —cuestionó Piper alzando ambas cejas.

—¿La fotosíntesis? —Alex se encogió de hombros lentamente.

Esbocé una sonrisa y fui al patio. Draco estaba sentado en el subibaja mientras veía los árboles, con una pequeña sonrisa en los labios.

—Al menos esta vez no te encontré llorando con pensamientos —comenté divertidamente mientras apoyaba mi brazo en el centro del tubo del subibaja.

Él me miró y rio levemente.

—Claro. ¿Ahora a qué me vas a obligar?

—A que juguemos al subibaja.

Él me dedicó esa mirada.

—¡Sabes a lo que me refiero, Malfoy! —él se carcajeó—. Y yo que pensaba que el más mente sucia de los cinco era Zabini.

—Ni tú te salvas, Brown.

Draco se levantó y estabilizó el subibaja para que yo pudiera montarme del otro lado. Me subí y sujeté, entonces bajé y él subió. Tomé impulso y subí, mientras él bajaba. Repetimos la acción unas cuantas veces y en una en las que yo estaba arriba y él abajo, en vez de subir, él se mantuvo ahí.

—Wow, la verdad sí está difícil pensar claramente contigo arriba y yo abajo —dijo él jocosamente, mientras sonreía de medio lado.

Decidí que lo fastidiaría un poco yo también.

—Sé de posiciones mucho más divertidas ¿sabes? —parpadeé unas cuantas veces como tonta y añadí un tono más coqueto a mi voz—. ¿Quieres averiguar cuáles son?

Él se quedó sin habla por un momento, pero se recuperó y alzó una ceja. —¿así nada más? Al menos invítame un café antes.

Me reí —ya, se está haciendo de noche y tenemos que ir al parque de diversiones.

—¿Parque de diversiones? —preguntó él confundido.

Monamour. |Draco Malfoy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora