Observé el cielo azulado totalmente despejado. Las copas de los árboles que eran visibles a través de la ventana estaban pintados por un color amarillento que el sol les brindaba; el viento soplaba suavemente, moviendo las hojas de los robles en un lindo y sofisticado baile.
Comencé a imaginarme miles de escenarios: yo, con un hermoso vestido de estilo Victoriano, acostada en un gigantesco césped y rodeada de muchas flores. Siempre me ha atraído esa época en la que las mujeres utilizaban ese tipo de vestidos, mi difunta abuela me mostraba muchas fotos suyas de cuando era joven y atractiva, e incluso me llegó a dar dos de sus vestidos más bonitos.
—Jade.
Quité la mirada de la ventana para posarla en mi madre, la cual estaba parada frente a mí. Su cabello castaño atado en una coleta, su impecable atuendo sin una sola arruga y sus labios pintados de un rojo bastante llamativo; mi madre era una persona muy guapa, sin duda atraía la mirada de los hombres cuando salíamos, cosa que a mi padre no le agradaba en lo más mínimo.
—¿Sí, madre?
—¿Ya empacaste todo? —me preguntó.
—Sí, ya está todo listo —le informé.
Mañana comenzaré a cursar mi 3er curso en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Los primeros 2 cursos los hice en Ilvermorny, pero después de una larga pelea por parte de mis dos padres, decidieron cambiarme a Hogwarts este año.
—Bien. Tu padre y yo vamos a salir —me avisó, buscando algo en su cartera —. No te duermas muy tarde, te quiero.
—Adiós —murmuré viéndola ir.
La puerta de la sala se cerró, y todo quedó en un silencio sepulcral. Siempre era así, por lo que ya estaba acostumbrada.
Volví a mirar por la ventana: el cielo ya no sólo era azul, sino que estaba pintado por tonos rosáceos y anaranjados. Me encantaba ver el atardecer, era una de mis cosas favoritas en todo el mundo, pues me hacía olvidarme de todo.
Suspiré y me levanté del mueble para dirigirme directo a mi habitación. Subí las escaleras y crucé el silencioso pasillo, doblando a la izquierda para entrar en mi cuarto.
Después de un rato, sentí cómo me zarandeaban del brazo.
Abrí mis ojos de golpe—señorita Brown, disculpe, no era mi intención asustarla—dijo rápidamente Xinny.
Me senté en la cama mirando a todos lados. Parece ser que me quedé dormida.
Xinny es una elfa doméstica, ha trabajado para mi familia desde que tengo memoria. Siempre que estaba sola, iba a la cocina de la casa y conversaba con ella, desde muy pequeña. Ella ha sido la única amiga que he tenido hasta ahora, aunque claro, mis padres no estaban enterados de esto.
—Hola, Xinny, buenos días... ¿qué hora es? —le pregunté mientras me desperezaba.
—Faltan 15 minutos para que su tren parta, señorita Brown —me informó ella.
Salté de inmediato de la cama—¿¡CÓMO QUE 15 MINUTOS!? ¿¡POR QUÉ MI MADRE NO ME DESPERTÓ!?
—La señora y el señor Brown llegaron muy tarde anoche— me explicó ella, al mismo tiempo que teletransportaba mis cosas a quién sabe dónde—. Todavía siguen dormidos.
Me cepillé muy rápido los dientes y como pude me puse un pantalón, aunque me dejé la camisa de pijama. Mi cabello estaba enmarañado y no se veía muy bien, pero no tenía tiempo para peinarlo, por lo que lo único que hice fue atarlo en una cola baja y echarle agua para aplacarlo un poco.
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Monamour. |Draco Malfoy|
Fanfiction-Yo me enamoré de sus demonios, ella de mi oscuridad. Éramos el infierno perfecto.