Está nevando, Jade.
Draco miró con un gran grado de sorpresa lo que escribió. Se supone que iba a quejarse con un papel sobre las semanas que llevaban vagando por el país, en la nada. Pero fue como si su mano tuviera vida propia y escribiera esas palabras de forma inconsciente.
Lo volvió a intentar.
Los árboles de este sitio me recuerdan a ti.
Soltó aire por la nariz. No, no iba a lograr quejarse a menos que sacara las palabras que estaban enterradas en su garganta y le rasgaban las glándulas cada vez que tragaba. Así que primero miró a su alrededor, para asegurarse de que nadie pudiera verlo, y empezó a escribir.
Feliz navidad, Jade. Hace meses que no nos vemos, y tengo desde que tomé la decisión de abandonar todo que no pienso en ti.
Draco bajó la vista hacia la grama del bosque. Se movía suavemente a causa del viento, pero habían muchas partes —la mayoría— de ese césped que lo cubría una fina capa de nieve.
No creas que ha sido porque no quería, sino que fue porque no podía hacerlo. En realidad, si por mí fuera, pensaría todos los días en ti.
Las piernas estaban empezando a entumecérseles a causa del frío, así que las cambió de posición.
Feliz cumpleaños, por cierto. Me hubiera gustado ver tu sonrisa y darte un beso. Si hubiera estado ahí, probablemente te molestaría diciendo que cada vez estás un año más cerca de ser una anciana.
Se distrajo un momento viendo su anillo, pero luego prosiguió con su escritura.
Estoy preocupado por tu integridad en Hogwarts. Según el cuadro de Phineas Black, estuviste a punto de meterte en problemas con la chica Weasley, Longbottom y tu amiga Lovegood. Por favor, por la integridad de mi corazón, no me des sustos así que luego aparezco muerto en medio de la nada y estoy seguro de que no aguantarás que mi alma te atormente por toda la eternidad.
Draco no pudo evitar sonreír por lo que él mismo había escrito.
Te extraño mucho. Me siento casi como cuando nos separaron de niños, y cada vez que pienso en ti me doy cuenta de lo difícil que es lidiar con que te separen de tus seres queridos. Porque ya lo sabes, pero siempre te recordaré que te quiero.
Finalmente, con un suspiro, firmó y se dijo que quemaría la carta en la primera ocasión que tuviera.
Justo en lo que estaba por entrar a la tienda, se dio cuenta de dos figuras entre la oscuridad de los árboles. Draco empuñó su varita, dispuesto a atacar a quienquiera que fuera, pero sólo eran Harry y Ron, que había vuelto.
—¿Esa es la espada de Gryffindor? —preguntó Malfoy, abriendo los ojos de par en par.
—Sí, Ron destruyó el horrocrux con ella —anunció un alegre Harry, aunque también empapado.
—Tremendo... —susurró Draco, y luego miró a Ron—. No sé si a Granger le guste verte justo ahora.
Adentro, Hermione dormía profundamente, acurrucada bajo las mantas, y no se movió hasta que Harry la llamó varias veces por su nombre.
—¡Hermione! ¡Hermione!
Ella se rebulló, pero enseguida se incorporó, apartándose el pelo de la cara.
—¿Qué pasa, Harry? ¿Estás bien?
—Tranquila, no ocurre nada. Estoy la mar de bien; mejor que nunca. Verás, ha venido alguien.
—¿Qué quieres decir? ¿Quién...? —Entonces vio a Ron, inmóvil, con la espada en la mano y goteando sobre la deshilachada alfombra.
Harry se retiró a un rincón oscuro, se descolgó la mochila de su amigo e intentó confundirse con la lona de la tienda. Draco se situó cerca, callado pero atento.
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Monamour. |Draco Malfoy|
Fanfic-Yo me enamoré de sus demonios, ella de mi oscuridad. Éramos el infierno perfecto.