Capítulo 31.

1.8K 136 1
                                    

Harry Potter

PAM.

Ignoré el ruido.

PAM.

Rodé un poco en la cama, y me cubrí con la sábana.

PAM.

Cerré los ojos más fuerte, intentando ignorar aquel ruido.

¡PAM!

Abrí los ojos ante la insistencia, y observé mi oscura habitación, iluminada únicamente por la luz de los faroles de la calle. Todo estaba tranquilo, y sólo se escuchaban los horribles ronquidos de Tío Vernon en la otra habitación...

PAM.

La ventana. Me levanté de la cama para ir directo hacia la ventana, y por si acaso, agarré la varita. Abrí la ventana y sentí cómo una piedra me golpeaba en la cara.

—¡Agh! —murmuré, agarrándome el ojo en el que me había caído la piedra.

—¡Ups! Lo siento.

Me puse los lentes cuando mi ojo no ardía más, y parpadeé unas cuantas veces antes de ver por la ventana.

Abrí los ojos en sorpresa, y una sonrisa se dibujó en mi rostro de inmediato.

—¿Quieres tener una cita nocturna conmigo? —preguntó Jade, sonriendo coquetamente.

—No puedo salir —le respondí con tristeza—, la puerta principal está cerrada y si hago ruido mis tíos se despertarán.

—¿Y quién dijo que saldrías por la puerta? —cuestionó ella, y fruncí el ceño sin entender. Entonces ella sacó de su mochila una gran colchoneta inflable y la tendió en el piso—. Listo. Tírate.

—No, no —decía mientras ella exclamaba "¡Sí, sí!" —. No hay forma de que me tire por la ventana.

Sin embargo la mirada que me dirigió me dio incluso más miedo que el hecho de tirarme por la ventana, así que, tomando una bocanada de aire, me lancé. Caí en el colchón, y no sentí ningún dolor al caer.

—¿Viste? No fue tan difícil —dijo ella con una sonrisa. La vi al revés puesto que yo estaba tirado en el piso y ella tenía su cara asomada.

Me levanté de la colchoneta y ella, con una aguja, la desinfló, dobló y seguidamente metió en su mochila.

Nos quedamos viendo por unos momentos, y ella se acercó a mí. Nos miramos a los ojos, y sentí que mi corazón se iba a salir de mi pecho. Ella me abrazó, y yo le devolví el abrazo.

—Te extrañé mucho, Harry —susurró ella, y sentí mi cara arder.

—Yo también te extrañé mucho, Jade.

Ella se separó de mí y sonrió, para luego mirar a nuestro alrededor.

—Bueno, tú dirás a dónde vamos. No conozco nada por acá.

Me reí y agarré su cálida mano para entrelazarla con la mía. Ella lanzó una mirada a nuestras manos unidas y volvió a sonreír.

—Podemos ir a un parque de por acá... —propuse, y ella asintió emocionada.

Cuando llegamos al vacío parque, no pude evitar sentirme feliz con su expresión. Parecía fascinada por el lugar.

—Nunca en mi vida había ido a un parque muggle —me dijo, y fue directamente hacia los columpios—. Lo más cerca que estuve de uno fue a los 11 años, cuando fui a visitar a mis tíos.

Ella comenzó a balancearse en el columpio, y yo me senté en el que estaba a su lado.

—¿Cómo llegaste acá? —le pregunté, balanceándome un poco.

Monamour. |Draco Malfoy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora