Monamour. |Draco Malfoy|

Capítulo 103.

Pourquoi la mort te fait peur?

Au creux d'un saule pleureur

Je t'éviterai les douleurs

Et nos corps

Fleuriront en larmes

Dormiront ensemble

Fleuriront en larmes

Ensemble

2 de mayo de 1998.

—Jade, tranquilízate.

Eso se lo había dicho Pansy. Jade caminaba de un lado a otro y se estrujaba los dedos con ansiedad.

—¿Por qué Potter no llega? Siento la respiración de ya-sabes-quién en mi nuca...

—Con preocuparte tanto no vas a resolver nada —le aconsejó Theo.

Jade negó con la cabeza y se paró un momento para bufar. Empezó a morderse los dedos ahora.

—¡No, ya! —gritó de repente—. Me voy a buscarlo.

—¡Jade! —gritaron Pansy, Theo, Blaise y Draco al mismo tiempo y la jalaron.

—No seas imprudente —gruñó Draco.

Blaise le agarró la mano para que se la dejara de morder, pero eso no la tranquilizaba. Unos minutos después, Luna y Harry entraron por la puerta.

—Están evacuando a los alumnos más jóvenes, y van a reunirse todos en el Gran Comedor para organizarse. ¡Vamos a presentar batalla!

Jade sintió que iba a vomitar el corazón. Salió a toda prisa junto a sus amigos, y caminaron rápidamente por los pasillos abarrotados de estudiantes y bañados con la luz de la luna.

Un fuerte estruendo se escuchó por todo el colegio. A lo largo de todos los pasillos, las estatuas y armaduras saltaron de sus pedestales. Traqueteando y gritando, la horda de estatuas animadas de diferentes tamaños, entre las que también había animales, pasó en estampida junto a Jade y sus amigos; las ruidosas armaduras enarbolaban espadas y cadenas de las que pendían bolas de hierro con pinchos. Blaise soltó un gritito.

El techo encantado del Gran Comedor estaba oscuro y salpicado de estrellas, y debajo, sentados alrededor de las cuatro largas mesas de las casas, se hallaban los alumnos, despeinados, algunos con capas de viaje y otros en pijama. Aquí y allá se veía brillar a los fantasmas del colegio, de un blanco nacarado. Todas las miradas —tanto las de los vivos como las de los muertos— se clavaban en la profesora McGonagall, que estaba hablando desde la tarima colocada en la cabecera del Gran Comedor. Detrás de ella se habían situado los otros profesores, entre ellos Firenze, el centauro de crin blanca, y los miembros de la Orden del Fénix que habían llegado para participar en la batalla.

—... el señor Filch y la señora Pomfrey supervisarán la evacuación. Prefectos: cuando dé la orden, organizarán a los alumnos de la casa que les corresponda y los conducirán ordenadamente hasta el punto de evacuación.