—Nunca creí que admitiría que los muggles tienen cosas bastante interesantes.
Sonreí ante la declaración de Draco. Ya nos habíamos ido al parque de diversiones en familia. Los tíos se habían ido a quién sabe dónde, al igual que mis primos. Iban más que todo en tríos. Mi abuelo y mi abuela dijeron que querían quedarse en la casa, así que sólo vinimos nosotros.
Draco se veía... Dios, juro que si no fuera mi mejor amigo, yo sí que le daría y no exactamente consejos. No llevaba un color fuera de lo normal, usaba todo negro, como siempre. Tenía una camisa sin ningún estampado de a botones, junto a un pantalón negro con correa y unos botines negros también. Sí, no era nada fuera de lo común, pero de alguna forma hoy, para mí, se veía demasiado atractivo.
Y yo parecía un pulpo con mis botas negras.
Mentira, ¿qué te creías? Me veía genial. Además de que Carla me había hecho un delineado como los que Pansy me solía hacer y me veía muy linda.
Los colores fluorescentes de las atracciones se reflejaban en sus ojos grises, dándole color y vida. El cielo no había terminado de oscurecerse, así que un hermoso degradado entre rojo, rosado, morado y anaranjado lo adornaba. El viento que soplaba no era nada frío, así que eso ayudaba a que mis piernas enmalladas no se congelaran.
—¿En dónde nos montamos primero? —le pregunté. Tenía en la mano un montón de boletos para ir a cualquiera de los juegos que quisiéramos.
—No lo sé —respondió él, mientras veía alrededor las grandes atracciones—. ¿Empezamos tranquilo o fuerte?
—Como tú quieras —me encogí de hombros. Draco torció la boca hacia abajo, mirando a todos lados. Luego, sonrió maliciosamente y dijo:
—Vamos a las "sillas voladoras"
Y allá fuimos. Había una fila larga de personas, en donde nos encontramos con la tía Ariana y con el tío Alejandro. Cuando el hombre que controlaba el juego nos dejó pasar, Draco y yo agarramos sillas contiguas. Eran por separado y habían tantas que me dio flojera contarlas. Mientras nos ajustábamos el cinturón de seguridad, yo le dije, con diversión:
—El que vomite, salga volando o su silla se descontrole pierde.
Él abrió los ojos como platos, asustado, y cuando iba a decir algo el juego comenzó.
Cerré y abrí los ojos rápido para disfrutar más de la experiencia, y alcé las piernas como si estuviera en un columpio. El juego iba rápido, muy rápido, y me mareaba bastante. El viento golpeaba violentamente mi cara, y mi cabeza daba vueltas. Quise voltear a ver a Draco, pero no podía porque le vomitaría toda la cara, probablemente. Las sillas ya no volaban de forma llana, sino que ahora iban como en zigzag, haciendo que te marearas más. Veía las luces de los demás juegos deformadas, y me encantaba la sensación de mi estómago.
El juego terminó, y cuando nos bajamos, nos costó mantenernos completamente de pies. Parecía a cuando estabas borracho.
Me tomó un momento decirle: —vamos a comer algodón de azúcar y luego montarnos en una de las montañas rusas.
Ambos fuimos al puesto. Yo me compré uno verde y él uno rosado. Claro que como nosotros no somos normales, nos peleamos por comer un poco del algodón del otro. Me reí de su lengua casi roja, y él de la mía verde.
—¡Hola! —exclamó Piper feliz, ella estaba con Ricky y Martín—. ¿Se van a montar en la montaña de allá? —nos preguntó mientras señalaba la montaña rusa a la que estábamos planeando ir. Ambos asentimos—. ¡Nosotros también! Vamos los cinco juntos.
Nos movimos entre la gente e hicimos la fila. En el camino, nos encontramos con mis otros primos, así que decidimos que nos montaríamos todos juntos. Cuando estábamos por subirnos, Draco vio los carritos e, inseguro, preguntó:
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Monamour. |Draco Malfoy|
Fanfiction-Yo me enamoré de sus demonios, ella de mi oscuridad. Éramos el infierno perfecto.