Me senté junto a Draco en el columpio contiguo al suyo. Él se encontraba mirando el piso mientras se balanceaba brevemente. Tenía la mirada perdida, es como si no estuviese ahí.
—Amigo, me estás deprimiendo.
Él rio brevemente, pero la risa no le salió graciosa, sino amarga. Fruncí el ceño y me puse seria.
—De verdad, ¿qué tienes?
Él negó con la cabeza. No habló, y eso me dejó más intrigada.
—Draco, sabes que puedes decirme cualquier cosa. Soy tu mejor amiga... —volví a intentarlo.
Silencio. Me rendí. Estaba levantándome, escuché su voz finalmente.
—Tengo miedo.
Me volví a sentar en el columpio. —¿de qué tienes miedo?
—De... —comenzó a decir, pero se detuvo. Apretó los labios por un momento—. Creo que me gusta una chica.
Eso, por algún motivo, me provocó un dolor interno. Intenté ignorarlo, pero fue demasiado... ¿exigente? Me obligué a mantener la cara neutral, aunque él no me miraba.
—¿Quién? —pregunté.
—No la conoces —se apresuró a decir—. Es una chica de Hufflepuff.
Mi corazón latió muy rápido. —ah. Bueno, creo que cuando estemos en Hogwarts deberías decirle, ¿no crees?
—No puedo decírselo —replicó él—. Ella nunca sentiría lo mismo por un idiota como yo. Además, sólo es una suposición. Ya se me pasará.
—Nunca vuelvas a hablar de esa forma de ti mismo —exclamé, ahora sí mirándolo. Se me olvidó cualquier dolor de corazón y me concentré únicamente en sus ojos, que me veían desconcertados—. Tú eres genial, nunca dudes de ti ¿entendido? Y no importa si hay una fila de chicas dispuestas a romperte el corazón, aquí estaré yo para repararlo las veces que sean necesarias, porque te quiero.
Él no supo muy bien qué responder, así que sólo asintió, y eso fue suficiente para mí. Miré al frente, y, con una sonrisa, le propuse:
—Veamos quién llega más alto en el columpio, ¿te parece?
Él sonrió de medio lado y se preparó. Yo retrocedí unos pasos hasta quedar parada, y conté. "1, 2... ¡¡¡3!!!" Ambos nos dejamos caer. Elevé mis piernas para impulsarme. Él me ganaba de a ratos, ya que él era más alto que yo, pero eso no me dejaba atrás. Ambos estábamos a la misma altura técnicamente en el columpio, que cuando subíamos, parecía que nos iríamos volando a la luna.
Nos quedamos riendo mientras nos columpiábamos. Mi cabello volaba con el viento y me encantaba.
—JADOUNETTE —me gritó Ricky desde el marco de la puerta de la casa.
—¿QUÉ QUIERES? —le grité, sin dejar de balancearme.
—EL ABUELO KEVIN TE LLAMA —me avisó en un grito, y se metió en la casa.
—¿Voy contigo? —me preguntó Draco.
—Sí, sí, vente —ambos entramos en la casa. Caminamos por la sala y llegamos a la cocina. Ahí estaba el abuelo con otro hombre.
—¡Leslie! —exclamó el hombre, viéndome—. Mami, estás grandísima. ¿Sabías que yo te vi cuando aún tenías pañales?
—Hola, tío Brayan —lo saludé con una sonrisa—. Te extrañé.
—Yo también. ¿Y ese? —señaló a Draco con la mirada—. ¿Tu jevo?
—No, es un amigo mío —le aclaré. Él asintió.
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Monamour. |Draco Malfoy|
Fanfiction-Yo me enamoré de sus demonios, ella de mi oscuridad. Éramos el infierno perfecto.