—Señorita Ana —Julie su nueva secretaria entró algo asustada—, acaban de enviar algo para usted — Ana suspiró y asintió hacia la chica porque imaginaba lo que podría ser, pero esperó a que la chica entrase y lo hizo con un enorme ramo de flores.Se lo imaginaba. Muchos de los empresarios con los que trataba todos los días no entendían las dos cosas que en cada ocasión les decía. No le gustaban las flores y estaba casada. Se levantó cuando Julie dejó el ramo en la mesa de centro que estaba entre los sofás de su oficina y tomó la tarjeta que estaba entre las orquídeas y jazmines que componían el ramo.
Para la mujer que me deja prendado
Con su belleza e inteligencia cada que tengo el placer de verla.
Joseph Burelli.
Rodó los ojos, si en su momento el idiota de Tassler había sido molesto Joseph Burelli el director de finanzas de la nueva franquicia con la que su abuelo comenzaría un nuevo negocio estaba llegando a ser fastidioso y lo peor, es que muy imbécil era casado.
—Julie, por favor busca la dirección personal del señor Burelli, no la de su oficina, la de su casa —la chica abrió los ojos un tanto sorprendida, pero no dijo nada. Solo asintió y salió de su oficina.
Esto necesitaba cortarse por lo sano. Si ese hombre no quería entender por las buenas lo haría por las malas. El día anterior habían tenido una reunión, le había pedido expresamente que dejara de enviar flores y le había aclarado expresamente que su esposo no estaba contento con su insistencia. Pensó que al decirle que Dave estaba al tanto de sus movimientos —porque ella se lo había dicho— el hombre calmaría sus intentos, pero al parecer no. Cuando su secretaria entró con la información le pidió que llamara a uno de los mensajeros de la empresa, escribió una nota de vuelta y le ordenó al chico que expresamente le entregara el ramo a la esposa del señor Burelli.
—Señorita Ana —Cristina que ahora era sub gerente de finanzas entró con los últimos informes del pago de sueldos en los que ambas estaban trabajando.
Desde siempre supo que esa mujer era increíblemente competente y talentosa en su trabajo, el tiempo que había trabajado con su padre este le había enseñado y cuando ella llegó al puesto fue su puntal y apoyo. Había hecho un trabajo extraordinario el tiempo que debió reemplazarla así que cuando fue necesario crear el puesto no dudo en proponerla. La extrañaba como secretaria, Julie había sido entrenada personalmente por Cristina, la chica era buena en lo que hacía, pero todavía era demasiado tímida y cohibida, ella no solo necesitaba una secretaria, también un compañero de equipo.
››Creo que le va a causar un grabe problema al señor Burelli.
—Se lo merece. Él me está causando problemas a mí, además solo escribí expresamente mi solicitud de que declinen sus muestras de admiración debido a que no me interesan, no las necesito y mi esposo se está comenzando a molestar.
—¿Dave lo está?
—No le hace gracia, pero sabe que siempre devuelvo las flores y los obsequios.
Trabajaron el resto de la tarde y se olvidó de todo lo demás, cuando eras las seis en punto tomó sus cosas y se fue directo a casa. Ya hace mucho tiempo que no se quedaba más del horario necesario, ahora había dos personas en casa, esperando a que llegase. Estacionó a un lado del auto de Dave y entró por la puerta trasera que daba a la cocina, Rose la saludó indicándole que la cena estaba en proceso, subió las escaleras, pero no escuchaba nada, había demasiado silencio. Entró en su habitación para dejar sus cosas, se quitó la chaqueta y los tacones y fue a la habitación de su bebé.
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Flores Para Anna
ChickLitSu culpa, aunque muchos le decían que no era así que había sido un accidente, Ana sabía que era su culpa. Si esa noche ella no hubiese insistido en salir, ellos estarían vivos. Su culpa, aunque muchos le decían que no era así, que lo que había pasa...