Capítulo 32

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Capítulo 32

Ana solo quería golpear a ese idiota, romper el dichoso contrato que tenía con ellos en sus narices para luego mandar a los de seguridad a que lo sacaran de su empresa. Es que Tassler se había propuesto acabar con su paciencia y por Dios que lo estaba logrando. Llevaba horas discutiendo con ella por los presupuestos del proyecto que tenían ambas empresas en común, la verdad es que él ni siquiera debía estar ahí pero el muy imbécil solo quería meterse en su trabajo y eso era algo que ella no permitía. Mucho menos a alguien que lo hacía solo por el hecho de que no había obtenido lo que quería.

—Tengo más años que tú en este negocio Ana. Y llevo varios años como presidente de la empresa de mi familia, tengo todo el derecho a intervenir en mi proyecto.

—Lo tiene, señor Tassler —hizo hincapié en el señor—. Pero no lo tiene en mi área y mucho menos en la empresa de mi familia y por si no se ha dado cuenta es lo que está haciendo. El presupuesto del proyecto se aprobó incluso antes de firmar el acuerdo y por si su memoria falla usted estuvo presente en la reunión en la que se aprobó, además eso fue hace meses, no entiendo por qué tiene problemas con ello ahora —Ana se levantó dispuesta a dar por terminada esa reunión—. Cada vez se está haciendo más difícil trabajar con usted señor Tassler, si esto sigue así quien va a solicitar dar termino al contrato que tienen ambas empresas seré yo.

—¿Me estás amenazando? —Bruce también se levantó para enfrentarla.

—Le estoy diciendo las acciones que voy a tomar si esto persiste. Y voy a rogarle que no me tutee. No le he dado autorización para hacerlo.

Ana salió pisando fuerte de la sala de reuniones con Cristina tras ella caminando rápido para alcanzarla. Debía hablar con su abuelo y su tío. Hasta ahora se había quedado callada de los constantes ataques de Tassler y de lo molesto que se estaba volviendo, pero eso ya había terminado. No estaba dispuesta a aceptar ni uno más de los berrinches de ese idiota.

—Cristina, desde ahora cualquier cosa con respecto a la financiación del proyecto con Tassler se revisa exclusivamente con su departamento financiero, no quiero a ese idiota metido en mis asuntos.

—Sí señorita —su secretaria apuró el paso para lograr entrar con ella al ascensor que las llevaría al piso donde estaba su oficina—. Am... ¿de verdad va a pedir el fin del proyecto? —Ana observó a su secretaria.

—Sí. Aunque tenga que ceder parte de las acciones que tengo de la empresa para solventar las perdidas lo voy a hacer. Ese imbécil ya acabó con mi paciencia.

Ambas salieron del ascensor cuando este llegó a su piso. Cristina comenzó a dictar de memoria los pendientes en su agenda para el resto de la tarde mientras ella revisaba los mensajes en su teléfono. Sibel estaba desaparecida desde hace varias semanas, pero se encargaba de enviarle mensajes y fotografías para hacerle saber que estaba viva. Andrew estaba pidiendo una visita a su departamento una vez más y obviamente eso incluía a su novio, varias cajas de pizza y varias latas más de refresco. Ana sonrió pensando en cómo organizar esa reunión, lo más difícil de todo eso sería convencer a su tía de permitir a su primo salir, sobre todo después de la última crisis del pequeño.

—Señorita, creo que la buscan —Cristina llamó su atención apuntando con la barbilla hacia el frente. Ana se volvió y se encontró a Dave con su habitual atuendo deportivo cargando un gran ramo de lilas y rosas blancas en su brazo mientras sonreía en su dirección y la recorría de pies a cabeza con la mirada.

—No me mires así florecita que estas no son para ti —le dijo divertido cuando llegaron hasta él. Claro que sabía que no eran para ella, porque esas flores las había pedido ella para alguien más.

Flores Para AnnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora