Capítulo 15
Dave vagó por los pasillos de la tienda de decoración buscando donde se encontraban las alfombras. Tenía que devolverle a Ana la que había arruinado.
Estaba seguro que esa era la escusa más tonta del mundo para tratar de llegar a una mujer, pero es que no se le ocurrió otra. Le prometió a Ana que le daría el tiempo que ella necesitara para ordenar sus pensamientos, sus ideas y descubrir si podía estar con él —cosa que esperaba deseoso que fuera así— pero de alguna forma debía estar presente para ella, para que olvidara quien había sido en el pasado y solo pensara en quién era ahora. El hombre que cada vez estaba más enamorado de ella.
Dave dobló en el pasillo hacia la izquierda y estuvo a punto de arrollar a una mujer mayor, con cuidado la tomó de los hombros y la ayudó a estabilizarse. La señora respiraba agitada por el susto y comenzó a reír antes de callar de golpe al verlo a la cara.
—Lo lamento mucho, venía distraído —Dave se excusó con la mujer un vez la soltó.
Era una señora mayor pero muy elegante, se notaba en sus ropas que debía tener dinero, ella lo miró por unos minutos pareciendo asombrada de su estatura y también de la tinta de sus brazos, Dave estaba seguro que la mujer gritaría en cualquier momento.
—No, yo… me disculpo, estoy buscando algo que regalarle a mi nieto que se va a vivir solo y la verdad no tengo idea qué puedo comprarle a un chico que quiere un departamento moderno… —Dave sonrió. La señora estaba nerviosa por alguna razón y hablaba sin parar, le pareció tierno y gracioso.
—Pues estamos igual. Yo busco una alfombra para la chica que me gusta y tampoco tengo idea de cuál elegir.
—¿Una alfombra? —el gesto de extrañeza de la mujer solo hizo que se marcarán más las líneas alrededor de sus ojos y labios, no se veía mal pero era extraño de ver— En mis tiempos a las mujeres se les regalaban flores y chocolates, no una alfombra.
—A mi chica no le gustan las flores, ¿Qué tan extraño es eso?, además arruiné su alfombra y está algo distanciada así que más buen busco una escusa para acercarme.
—¿Se molestó porque arruinaste su alfombra? ¿Estás seguro que esa chica vale la pena?
—Totalmente —contestó de inmediato—. Y no está molesta, solo… pasó algo entre nosotros que es difícil de aceptar y ella necesita tiempo, pero quiero estar presente de alguna manera así que devolverle la alfombra que arruiné suena como una excelente idea.
La mujer lo miró asintiendo y luego sonrió con la mirada perdida, como si estuviera pensando en algo.
—Recuerdo que cuando conocí a mi esposo él arruinó mi sombrero favorito, estaba terriblemente enojada y no quise escuchas sus disculpas, dos días después me lo encontré fuera de mi casa con una caja, me había llevado el sombrero más hermoso que había visto en mi vida…
—¿Y lo perdonó?
—Comenzamos a salir. Llevamos juntos casi sesenta años.
—Wow. Eso me da esperanzas.
—¿Qué te parece si te ayudo a escoger una alfombra y tú, me ayudas a elegir algo para un muchacho soltero de veinticinco años que se va a vivir solo?
Dave asintió. La mujer se veía agradable, por un momento creyó que iba a gritar y salir huyendo, eso era algo que ya le había pasado antes. Muchas personas creían que por su aspecto —musculoso, tatuado y rapado— se trataba de un delincuente o mafioso. Pero la señora que ahora le hablaba entusiasmada de diseños y texturas, con un brillo natural en los ojos de pura pasión por la decoración, no había hecho nada de eso, sino que le hablaba como si se conocieran hace mucho tiempo. Dave sonrió, algunos de los gestos e incluso algunos de los rasgos de la mujer le recordaban mucho a Ana.
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Flores Para Anna
ChickLitSu culpa, aunque muchos le decían que no era así que había sido un accidente, Ana sabía que era su culpa. Si esa noche ella no hubiese insistido en salir, ellos estarían vivos. Su culpa, aunque muchos le decían que no era así, que lo que había pasa...