Capítulo 8, episodio 2: petición desesperada

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Durante una mañana del último fin de semana antes de las vacaciones de verano, después de terminar los exámenes y de recibir sus las notas, Roy y Kazue estaban planeando el viaje que harían con Arata y las chicas de una semana durante esas vacaciones. Los dos lo estaban planeando en la habitación de Roy, con varios panfletos y carteles de lugares para las vacaciones sobre la mesa baja de la habitación.

—La montaña es mucho mejor, Kazue. Estaremos más frescos allí y nos podremos bañar en el río y también pescar. Además, las barbacoas saben mucho mejor en el campo.

—La playa es más típico en esta época. El sol y el olor a agua de mar es lo mejor que hay en verano y si te preocupa una simple barbacoa, también la podemos hacer en la playa.

—Pero estará masificada. Al menos en la montaña podemos elegir si queremos un camping, un albergue o acampar al lado del río.

— ¿En serio crees que los campings y los albergues de las montañas no estarán masificados? Para acampar al aire libre necesitamos un permiso especial, cosa que no tenemos tiempo para pedir.

—Vas a llevar a una persona tímida como es Himiko a un lugar en el que hay demasiada gente. Sabes de sobra que lo va a pasar mal cuando tenga que vestir su bañador allí. ¿De verdad vas a obligarla a pasar por ese mal trago?

—Usar a una de mis amigas para evitar ir a la playa es una sucia estrategia, Roy. Te vendrá bien saber que Himiko fue la primera en sugerir ir a la playa; puede que sea tímida, pero le encanta el mar. Estará bien, no tienes que preocuparte.

—Vale, pues a ver esto: nos vamos a gastar demasiado dinero en el viaje a la playa. La montaña y los albergues son mucho más baratos que los hoteles playeros.

Kazue se enorgulleció de que el farol que lanzó sobre Himiko sobre de que fue la primera en sugerir la playa funcionase, y cuando Roy nombró el coste del viaje a la playa en comparación al viaje a la montaña, la hija de la familia Fukugawa encontró el momento de crecerse como nunca, aprovechando quién era y qué tenía.

Poniéndose en pie, Kazue señaló a Roy con el dedo antes de hablar con grandes aires de superioridad.

— ¿Así que ahora el problema es el dinero? ¿Estás seguro, Roy? —en ese instante, Roy supo que había metido la pata hasta el fondo—. Estás viviendo en la mansión Fukugawa, propiedad de uno de los líderes de la FALE y antiguo director de una de las empresas energéticas más influyentes de Japón. Y no solo eso: estás delante de su única hija, Kazue Fukugawa. Así que dime, Roy: ¿crees que el dinero será un problema?

Aquel razonamiento fue un duro golpe para la postura de Roy de ir a las montañas. Estaba claro que eligió mal sus armas para intentar ganar la batalla del destino del viaje de las vacaciones de verano, perdiendo ante Kazue y su poderoso dinero sin poder hacer nada.

Justo cuando Roy estaba sufriendo por la derrota y al mismo tiempo buscando alguna forma de contestar a Kazue, una de las doncellas llamó a la puerta de la habitación antes de entrar.

—Discúlpenme, hay un joven en la puerta principal que desea hablar con la señorita Kazue.

Tanto Roy como Kazue miraron sorprendidos a la doncella. Que Kazue supiera, no tenía planeada ninguna visita de nadie ese día y tampoco había pedido nada por internet que le pudiese llegar en ese momento.

—Claro, ahora mismo bajo. Saborea tu derrota mientras atiendo a nuestra visita.

—Ya claro... esto...

—No creo que tarde mucho. Por favor, no te hagas daño pensando en una forma de contestarme.

Kazue dejó la habitación y a un Roy completamente derrotado sin oportunidad de lanzar una respuesta. Dejando escapar un suspiro, Roy se puso en pie y empezó a recoger los papeles que tenía sobre su mesita. Apenas cinco minutos después de que Kazue salió de su habitación, la misma doncella que les informó de la llegada del invitado sorpresa, regresó.

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