Cap.5, parte c: Descubierto

1 0 0
                                    

Roy y Kazue regresaron a la mansión sin abrir la boca para nada. Era la primera vez que Kazue caminaba al lado de Roy y no la importaba que alguien le viera con él, pero eso sí, Kazue iba con la cabeza gacha, mirándose los pies mientras andaba. Cuando los dos llegaron a la calle en la que estaba la mansión, Roy se paró provocando que Kazue estuviera a punto de chocar con él.

- ¿Por qué te has parado?

-Voy a tomar un rodeo para llegar a la mansión. Nos vemos luego dentro.

Roy se giró y empezó a caminar en dirección contraria a la mansión. Antes de que pudiera alejarse mucho, Kazue le sujetó por el brazo.

-No hace falta que des un rodeo. Todavía tienes que contarme una cosa más y no voy a esperar que decidas regresar para ello.

Roy miró algo extrañado a Kazue por lo que decía, pero sin negarse a la invitación de poder ir directamente a la mansión, Roy siguió a Kazue hasta la puerta principal. Al entrar, una doncella los recibió, bastante asombrada al ver que ambos llegaban al mismo tiempo.

-Roy y yo vamos a estar hablando un rato en mi habitación. ¿Nos puedes llevar un par de tazas de té?

-Por supuesto, señorita. En seguida lo preparo.

La doncella se marchó hacia la cocina, dejando a Kazue y a Roy solos. Kazue empezó a subir las escaleras hasta el primer piso de la mansión para ir a su habitación, sin embargo, Roy se quedó quieto en el vestíbulo.

- ¿Estás segura de que quieres que vaya a tu habitación?

-Si usamos el salón o tu propia habitación sería más sospechoso. Al invitarte a mi habitación parece que tengo algo importante que decirte.

Kazue siguió subiendo las escaleras y sin perder más tiempo, Roy le siguió. Ambos pasaron por el mismo pasillo en el que estaba la habitación de Roy, pasando de largo de su puerta hasta llegar a una puerta que estaba al final del pasillo, donde Kazue se detuvo.

-Es aquí. Eres el primer chico que va a entrar en mi habitación, así que no quiero ninguna risa ni comentario estúpido.

Roy asintió mientras Kazue abría la puerta de la habitación y le dejaba pasar. La habitación tenía una cama en una de las paredes laterales, con un par de cojines y un animal de peluche. Al lado de la puerta de cristal que llevaba a un pequeño balcón, había un escritorio con varios libros. A su lado, un mueble bajo tenía una pequeña televisión con un reproductor DVD a su lado.

El siguiente mueble era una cómoda de varios cajones y un tapete en la parte superior. Allí había varias fotografías de Kazue con su familia y amigos. A parte de las típicas con sus tres amigas, Roy pudo ver tres fotos familiares. En una estaba Kazue de niña con una mujer que se le parecía mucho (su madre, supuso Roy), en otra estaba Kazue en los brazos de su padre y en la tercera aparecían los tres. Además, allí había otra foto en la que salía Kazue, también de niña, con un chico y otra chica, los cuales parecían tener la misma edad de Kazue en la foto y no eran japoneses.

En el centro de la habitación había una alfombra redonda con una mesa de té sobre ella y algunos cojines a su alrededor.

-No te quedes ahí callado y di algo. -dijo Kazue, cerrando la puerta.

-Es una habitación normal y corriente. No tengo nada que decir.

-Mira que eres simple e insensible. Cuando una chica te invita a su habitación por primera vez, al menos dile que es bonita.

Kazue se sentó en su cama tras ese comentario.

-Bueno, dime qué es lo que quieres que te cuente. Creo que Alessio te ha contado todo sobre la situación en la que estamos.

OlympusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora